“Con las primeras hojas de los chopos y las últimas
flores de los almendros, la primavera traía a nuestra República de la
mano".
A. Machado
La situación
de crisis que continuamos sufriendo en nuestro país es una agresión absoluta
contra la ciudadanía, un ataque que pone en tela de juicio el cumplimiento de
los valores expresados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Desde
nuestra función y responsabilidad como cargos públicos en pueblos, ciudades,
Comunidades Autónomas, en el Congreso, Senado y Parlamento Europeo, donde
ejercemos labores de representación democrática en puestos de toma de
decisiones, elevamos nuestra voz para MANIFESTARNOS CONTRA ESTE ORDEN
ESTABLECIDO, contra este sistema descarnado que, sin ningún tipo de
contemplaciones, sume en la pobreza más absoluta a la mayoría ciudadana en
beneficio de una minoría, de una elite enriquecida a costa de despojar a las
capas populares de sus derechos más básicos. Nos declaramos en contra de un
sistema que a su vez sigue limitando libertades y coartando cualquier elemento
de participación democrática.
El año
pasado el sistema se dotó de un cambio meramente cosmético. La abdicación de
Juan Carlos I de Borbón dio paso a una nueva etapa en la monarquía española,
una modificación superficial con la que pretenden llevarnos a una segunda
transición. Pero la proclamación del nuevo rey Felipe VI tuvo una contestación
en las calles y plazas de nuestras ciudades. El pueblo español contestó y gritó
que no quiere tutelas y que quiere ser dueño de su propio destino. Por eso, los
hombres y mujeres que formamos parte de la JER, impulsamos la Asamblea
Ciudadana Pro Referéndum para que los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país
tuvieran la oportunidad de ejercer su derecho a elegir quién debe ser su Jefe
del Estado, para que pudieran elegir entre Monarquía o República.
Por ello nos manifestamos contra un sistema que
consideramos agotado, injusto y con graves carencias democráticas, que niega a
su propio pueblo la capacidad para decidir sobre su futuro, y todo ello:
* Por un
bipartidismo producto de una deficiente representatividad que, además, no puede
ofrecer ya sino más pobreza, más injusticia y más corrupción, con el
vaciamiento, cuando no incumplimiento, del actual modelo constitucional.
* Porque los
derechos sociales recogidos en la Constitución se han convertido desde el
principio en papel mojado. Así ocurre, entre otros, con el derecho al trabajo
(art. 35) y el derecho a una vivienda digna (art. 47), resultando un sarcasmo
que se afirme que los poderes públicos realizarán una política orientada al
pleno empleo (art. 40) y que impedirán la especulación del suelo (art. 47).
* Porque es
un régimen monárquico corrupto y con ilegitimidad de origen, con un Jefe del
Estado no elegido sino puesto por el dictador Franco, como institución arcaica
carente de los más elementales supuestos democráticos.
* Un régimen
que permite que permanezca de forma vergonzosa sin resolver la impunidad del
franquismo para con sus víctimas, negándoles la verdad, justicia y reparación.
* Una
administración de Justicia que no cumple con el derecho de todos los ciudadanos
a tener una justicia rápida, justa y efectiva, en lugar de la desigualdad ante
la ley, la impunidad y los indultos selectivos y la ausencia de una separación
real de poderes.
* Una
política educativa, en la cultura y en los medios de comunicación que no están
orientadas al desarrollo pleno de las personas, la inteligencia y el disfrute,
sino en crear súbditos más que ciudadanos libres a través de un pensamiento
uniformado contario a cualquier capacidad crítica.
* Porque su
modelo económico es incapaz, por su propia naturaleza, de ofrecer una vida
digna a los millones de trabajadores en desempleo, a los miles de ciudadanos
que son desahuciados, a los jóvenes que trabajan en precario y con sueldos
basura, a los jubilados que sobreviven a duras penas con pensiones de miseria,
etc.
* Porque las
reivindicaciones de los diferentes pueblos a su derecho a decidir en un marco
de mejor convivencia no encuentran solución en el actual Estado de las
autonomías.
* Porque la
limitación a las libertades democráticas y al derecho de opinión, expresión y
manifestación están siendo seriamente limitados.
* Porque la
política exterior se distingue por el sometimiento a los intereses de Estados
Unidos, con el abandono del pueblo saharaui y palestino, la presencia de bases
y el ingreso en la OTAN, los impropios gastos militares, la colaboración en las
guerras imperialistas de agresión contra Iraq, Siria, Afganistán y Libia, etc.
También con la limitación al ejercicio de la justicia universal.
Estos y
otros rechazables elementos que caracterizan al régimen actual y a las
políticas que lo sustentan hacen que nosotras y nosotros, como Cargos Públicos,
queramos presentar con esta Declaración una PROPUESTA PARA CREAR UNA
SOCIEDAD NUEVA, formada por mujeres y hombres dueños de su destino, que
pueda ofrecer un futuro próximo en mejores condiciones de ser vivido. Esta
propuesta, aquí y ahora, no puede ser otra que la de un firme LLAMAMIENTO
POR LA REPÚBLICA.
Una
República como RUPTURA CON EL MODELO MONÁRQUICO Y NEOLIBERAL SALIDO DE LA
TRANSICIÓN, que establezca un modelo de estado más democrático, de más
libertad e igualdad que termine con la sociedad patriarcal, donde la ciudadanía
sea el sujeto principal de cualquier acción de gobierno y donde sus derechos y
obligaciones estén constitucionalizados y exigibles por ley, teniendo como base
los siguientes fundamentos:
1. La Declaración
Universal de los Derechos Humanos, con la igualdad entre mujeres y hombres
en su dignidad, como punto de partida irrenunciable en la construcción del
nuevo ordenamiento jurídico al servicio de los pueblos para satisfacer las
necesidades de las personas.
2. Un Estado
federal donde partiendo de la igualdad de derechos y deberes, con
solidaridad y cohesión social, respete el derecho a decidir para los pueblos
que así lo quieran ejercer.
3. Un Estado
laico en sus instituciones y en la sociedad que garantice el ejercicio de
la libertad de conciencia de todos los individuos y la separación entre
iglesias y Estado, con una educación que sea pública, laica, universal,
gratuita y de calidad, y una cultura al servicio de la inteligencia, la
igualdad y la libertad.
4. Una Democracia
radical y participativa donde la ciudadanía disponga de cauces para su
efectiva participación en lo público, con respeto a su voluntad a través de un
sistema electoral justo y otros instrumentos de intervención y control
ciudadano. Esta democracia es incompatible con una monarquía donde el Jefe del
Estado es hereditario.
5. Un Estado
solidario y por la paz, con una reforma fiscal que establezca la aportación
a lo común según las capacidades de cada cual, que permita la distribución
social de la riqueza para cubrir las necesidades básicas de lo público y de las
capas sociales más necesitadas. Una política exterior basada en la paz y la
legalidad internacional para la resolución de conflictos y la cooperación entre
los pueblos.
6. Una Economía
al servicio de las personas, el interés general y la defensa del medio ambiente,
con servicios públicos de salud, educación, servicios sociales, pensiones...,
que tiene que estar excluidos de su privatización como garantía de satisfacer
derechos para todas las personas con una equitativa distribución social.
Establecer una banca pública, acometer la reforma agraria, con acceso a medios
de comunicación, etc. El derecho a la vivienda y a un trabajo de calidad, con
protección contra el desempleo o una renta básica, permitiendo disfrutar de
condiciones para una vida digna.
7. La
Ética y la Racionalidad como criterio de funcionamiento y administración;
eficacia, transparencia y sobriedad en lo público; estableciendo un código
ético de comportamiento del Cargo Público basado en la honestidad. Contra el
consumismo desaforado y con erradicación total y penada de todo tipo de
corrupción como lacra inasumible en el modelo de sociedad que defendemos.
Los Cargos
Públicos que suscribimos esta Declaración manifestamos nuestra firme intención
de impulsar un PROCESO CONSTITUYENTE REPUBLICANO para la construcción de
esta propuesta que está abierta sobre estos y otros elementos a la
participación de todas y todos para llenarla de contenido, promoverla y
defenderla.
La sociedad
española ya lo hizo una vez cuando en 1931 la bandera tricolor inundó las
calles de pueblos y ciudades abriendo la puerta al cambio político y social, y
a la esperanza. Ahora hay que abrirla de nuevo, afirmando con rotundidad que NO
RENUNCIAMOS A NUESTRO FUTURO, a un futuro de libertad, igualdad y
solidaridad, de más justicia y más democracia, como será el que consigamos con
nuestro compromiso por la REPÚBLICA que propugnamos.
JUNTA ESTATAL REPUBLICANA (JER)
Correo
contacto: juntaestatalrepublicana@gmail.com
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