Aquí los que mandan lo hacen todo así, a lo grande pero con discreción
05/10/2014 - 19:58h
Miguel
Blesa, expresidente del Consejo de Administración de Caja Madrid. / Efe
Al parecer resulta una práctica
habitual entre los ejecutivos y barandas de grandes empresas y corporaciones
españolas cobrar 'en negro' a través de tarjetas 'black' opacas al fisco. Se
las reparten en secreto entre ellos como si fueran droga. Aquí los que mandan
lo hacen todo así, a lo grande pero con discreción. Un país tan lleno de
fantasmas tenía que estar repleto de tarjetas fantasmas. Un paraíso fiscal como
España debía ser líder también en la introducción del dinero de plástico para
una gestión más cómoda de la economía sumergida.
Al ministro De Guindos, el
Señor de los rescates, le da vergüenza. El increíble Montoro y Hacienda han
anunciado la investigación del uso de estas tarjetas entre las empresas del
Ibex, mientras el jefe de gabinete del secretario de Estado de Hacienda dimitía
por haberlas empleado con devoción y alegría. Recuerdan al capitán Renault en Casablanca
indignándose ante Rick porque se jugaba en su garito, mientras un gendarme le
entregaba sus ganancias.
A Miguel Blesa y su equipo de
dirección, cuando les dijeron que les quedaba un mes al frente de Caja Madrid,
les dio por quemar las tarjetas como si mañana fuera a acabarse el mundo. En
treinta días se gastaron lo que en un año. Imagínense a gente que gana varios
millones de euros al año colándole a la empresa con las tarjetas fantasmadas
como la compra de la semana, las cenas de los sábados con vino del bueno, la
esgrima de los niños o los domingos de golf y cochinillo.
Seguramente les parecerá cutre,
pero es el camino más seguro para llegar a rico en España. Si se han tragado la
milonga del esfuerzo y la competitividad y esa chorrada de lo importante que
resulta tener espíritu emprendedor, lo siento por ustedes, pardillos. Lo que de
verdad cuenta se resume en ser un buen fantasma: tener mucha jeta y amiguetes
que te coloquen en los sitios donde puedas desarrollar, con espíritu
emprendedor, tu capacidad para echarle cara a la vida, como Miguel Blesa y su
amigo José María Aznar.
Pablo Abejas, el exdirector de
Economía de Madrid, se pulió cerca de 250.000 euros entre 2006 y 2012, a 40.000
euros por año. Según él, no ha hecho nada ilegal y nada que no fuera práctica
habitual en la banca. La ley no debe de ser igual para ellos que para los
demás. Y aún dicen que lo de la casta es demagogia. Todo el mundo lo sabía,
ganar dinero no es delito, sostiene este alto cargo dimitido por Ignacio
González, el presidente de la Comunidad de Madrid, quien debe de ser parte de
ese todo el mundo que no somos ni usted ni yo. Nosotros sólo lo pagamos. El
espectáculo lo ponen ellos.
Fuente: www.eldiario.es
E
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