lunes, 6 de octubre de 2014

LA PATRONAL RECLAMA MÁS "CAINISMO INSULAR" PARA DEPREDAR EL TERRITORIO


Manrique de Lara (CCE) y Jorge Marichal (Ashotel) coinciden en su petición
Lunes, 6 de octubre de 2014
Por EUGENIO FERNÁNDEZ / CANARIAS-SEMANAL.ORG.-    Cabe imaginar la sorpresa de un visitante extranjero al que se le mostraran las costas canarias, si acto seguido pudiera escuchar las recurrentes quejas de la patronal del Archipiélago por las presuntas "trabas" que - según los lobbies empresariales - pone la Administración regional a los proyectos de construcción que ya han depredado una parte sustancial del territorio isleño.
    La posición de absoluto predominio de la que goza la burguesía canaria, sin embargo, le permite exigir nuevas vueltas de tuerca al desolador modelo del ladrillo impuesto en las Islas, con la seguridad de que no encontrará una respuesta social organizada capaz de limitar sus pretensiones y de que el Ejecutivo regional, a la postre, no dudará en habilitar las leyes necesarias para garantizar los intereses de la clase social a la que representa. 
    En este contexto de prepotente superioridad, los presidentes de Ashotel y de la Confederación Canaria de Empresarios, Jorge Marichal y Agustín Manrique de Lara, volvían a reclamar la pasada semana nuevos privilegios, durante la celebración del II Foro de Assap sobre Economía, Derecho y Empresa, en la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife. Aunque las empresas instaladas en el Archipiélago gozan de un conjunto de prerrogativas fiscales sin parangón en otras regiones del Estado, tales como la Reserva de Inversiones de Canarias, Marichal y Manrique de Lara calificaron el actual marco legislativo como "absolutamente hostil" a la inversión empresarial y pusieron el grito en el cielo ante la posibilidad de que una hipotética reforma fiscal incrementara los escasos impuestos que hoy pagan a la Hacienda pública.  A este respecto, el economista neoliberal, Carlos Rodríguez Braun, invitado al evento para reforzar las tesis de la patronal, aseguró que hablar de "subir los impuestos a los ricos es pura demagogia, porque su aportación frente al conjunto de los recaudado es pequeña".
     La queja principal formulada por Marichal y Agustín Manrique de Lara, sin embargo, se refirió a las "trabas burocráticas" que - según ambos dirigentes empresariales - "están impidiendo el desarrollo de proyectos que supondrían una importante dinamización de un mercado laboral que arroja una de las tasas de paro más altas de España". 
    En este sentido, ambos se refirieron a la Comisión de ordenación del territorio (Cotmac), organismo encargado de velar porque tales proyectos cumplan la legalidad vigente, como "el mayor enemigo de Canarias".  Y ello, a pesar de que la Cotmac no ha impedido que el Archipiélago sea conocido por la existencia de hoteles ilegales que nadie osa derribar o macroconstrucciones que han destruido zonas de especial valor ecológico como los sebadales de Granadilla, en Tenerife, o Arinaga, en Gran Canaria, donde un alcalde reconvertido hoy en ecologista desoyó todas las advertencias de los expertos en torno a un Puerto que, finalmente, demostró ser una inversión ruinosa e inútil.
     Pese a todo, el escaso nivel de control efectuado por la Cotmac, y en general por el Gobierno autonómico, parece ser para los representantes del empresariado isleños una manifestación intolerable de "intervencionismo económico" Estatal.  Como alternativa, Manrique de Lara y Marichal propusieron, sin ninguna muestra de pudor, "reforzar el insularismo para generar una competencia sana que se traduzca en un mayor crecimiento y competitividad".

 LA VERDADERA RAZÓN DE SER DEL PLEITO INSULAR

El II Foro ASSAP, en el que la patronal canaria reclamó la "eliminación de la burocracia" que dificulta sus negocios

     La propuesta realizada por representantes de las patronales de ambas provincias pone de manifiesto, de forma significativa, quiénes han sido los verdaderos impulsores y beneficiarios del llamado "pleito insular".  En sus orígenes, el enfrentamiento creado entre las dos capitales de provincia no fue más que la extensión interesada al conjunto de la población de los intereses contrapuestos de una burguesía mayoritariamente agraria, en Tenerife, y otra más orientada a las actividades portuarias y al comercio, en Gran Canaria. 
    Con el paso de los años, los representantes de esta clase social - fuera y dentro de las instituciones - se han esforzado por mantener la rivalidad entre los dos pueblos hermanos, con el objeto de imponer faraónicos proyectos económicos para su exclusivo enriquecimiento que, en el caso de ser socialmente rechazados, podían ser "aprovechados" por los "malvados chicharreros" o los "perversos canariones".
     "En Las Palmas no se andarían con tantos miramientos como los del 'no a todo', y ya habrían comenzado a construir el Puerto de Granadilla" - repetían hace unos años en Tenerife los promotores de este contestado proyecto, para intentar convencer a los ciudadanos menos conscientes de su verdadera naturaleza.
     "Aquí hay un dinero que es el para el tren y que si no aprovechamos nosotros se llevarán otros" - aseguraba por su parte en Gran Canaria Pedro Quevedo, diputado de Nueva Canarias y mano derecha de Román Rodríguez, intentando azuzar los más bajos instintos del "pleito" contra Tenerife con idéntico propósito.
     Un breve recuento de los réditos económicos y políticos que esta infame práctica ha proporcionado a la oligarquía canaria y sus testaferros bastaría para entender por qué Agustín Manrique de Lara, por la Confederación Canaria de Empresarios, y Jorge Marichal, en nombre de la patronal hotelera de la provincia occidental, batallan hoy, al unísono, por continuar estimulando la "sana" competencia interinsular.







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