sábado, 28 de junio de 2014

LA HISTORIA DE UNA INJUSTICIA: MILEVA MARIC

Comienza sus estudios a la edad de diez años (1886) en un colegio para niñas. Posteriormente, estudia en el instituto de educación de Sremska Mitrovica. Este centro disponía de un magnifico laboratorio de Física y Química.
| Edmundo Fayanas Escuer | 27 Junio 2014 - 19:16 h.
Young Mileva | 1896
Young Mileva | 1896

Mileva nace el 19 de diciembre de 1875 en la ciudad de Titel situada en la provincia de Vojvodina, que por aquel entonces formaba parte del Imperio Austrohúngaro y que actualmente forma parte de Serbia. Su familia era acomodada y es la mayor de tres hermanos.
Comienza sus estudios a la edad de diez años (1886) en un colegio para niñas. Posteriormente, estudia en el instituto de educación de Sremska Mitrovica. Este centro disponía de un magnifico laboratorio de Física y Química.
Mileva se gradúa en el año 1890, obteniendo la máxima calificación en Física y Química. Es aceptada como estudiante privada en el Colegio Real de Zagreb, con una dispensa especial, pues el centro sólo admitía hombres. Es en la universidad de Zagreb donde entabla amistad con otro genio de la física y matemáticas, como era Nikola Testa, que tuvo un gran reconocimiento académico.
En el verano de 1896, Mileva comienza sus estudios de medicina en la universidad suiza de Zúrich, pero solo sigue estos estudios seis meses y a finales de 1896 comienza sus estudios de física y matemáticas en el Instituto Politécnico  de Zúrich. Este centro otorgaba una titulación que permitía dedicarse a la docencia de la física y las matemáticas.
El Instituto Politécnico de Zúrich era uno de los pocos centros europeos de enseñanza superior que admitía mujeres. Mileva era la quinta mujer  en ser admitida en dicho centro en toda su historia y la única que había en su clase, que sólo tenía once alumnos, entre los que se encontraba Albert Einstein.
Mileva tenía un carácter poco sociable y presentaba una cojera muy ostensible, debido a una artritis congénita, que le hacía tener una autoestima muy baja a pesar de su brillante inteligencia y su gran formación académica.
Mileva y Albert Einstein iniciaron una relación sentimental muy fuerte. Mileva era cuatro años mayor que Albert. La madre de Einstein, que era alemana, nunca vio con buenos ojos el matrimonio de su hijo con Mileva. La definía de la siguiente forma ”ella es un libro, igual que tú… Pero deberías tener una mujer. Cuando tengas treinta años. Ella será una vieja bruja”.
En el año 1900, Einstein escribe a Mileva  lo siguiente “estoy solo con todo el mundo, salvo contigo.  Qué feliz soy por haberte encontrado a ti, a alguien igual a mí en todos los aspectos, tan fuerte y autónomo como yo”.
Queda embarazada en 1901 sin estar casados, lo que provoca una situación social muy difícil de soportar en aquellos momentos históricos. Esta situación le lleva a abandonar sus estudios a pesar de que sólo le faltaba superar el examen final.

Albert Einstein y Mileva Maric de jóvenes
Mileva se refugia en casa de su hermana en Novi Sad en la actual Serbia, dando a luz en 1902 a una niña Liesert, que cuando cumple un año es dada en adopción. Einstein nunca llevó bien el ser padre de Liesert y nunca informó a su familia de que era padre.
El seis de enero de 1903 es cuando Einstein y Mileva se casan en la capital suiza, Berna. Tenía Einstein entonces veinticuatro años y ya había terminando sus estudios, consiguiendo inmediatamente su primer trabajo como técnico de la Oficina de Patentes de Berna.
En 1904, tienen un nuevo hijo Hans Albert y es cuando Mileva decide sacrificar  todas sus posibilidades profesionales y de investigación para dedicarse al cuidado de su familia. Ya entonces Mileva tenía una gran preparación académica. Había desarrollado investigaciones sobre la teoría de los números, cálculo diferencial e integral, funciones elípticas, teoría del calor y electrodinámica.
Se piensa, que los conocimientos matemáticos que tenía Mileva, fueron indispensables para que Einstein pudiera desarrollar sus teorías. Los años más creativos de Einstein fueron aquellos en los que compartió sus investigaciones con ella, de ahí la injusticia que se comete con Mileva.

Albert Einstein y Mileva Maric
El año  1905 fue el de los grandes logros  de Albert Einstein, publicando cuatro grandes artículos, y uno de ellos incluía la teoría de la relatividad, que revolucionaron el mundo científico y que le convertirían en un genio. Es revelador, que Mileva en una carta escrita a una amiga le decía “hace poco hemos terminado un trabajo muy importante que hará mundialmente famosos a mi marido”.
Para Evans Harris “la teoría de la relatividad comienza con la tesis que Mileva escribió y presentó a la supervisión del profesor Weber, cuando estudiaba en la Escuela Politécnica de Zúrich, cuya memoria se ha perdido. El efecto fotoeléctrico tiene su origen en los trabajos de Mileva cuando estudiaba  en Heilderberg con el profesor Lenard, al cual posteriormente le fue concedido el Premio Nobel de Física. Precisamente, por su trabajo experimental sobre el efecto fotoeléctrico. La teoría del movimiento browniano es producto del pensamiento de Einstein y de su interés por la termodinámica. Mileva contribuyó al mismo con el trabajo matemático, describiendo el movimiento desordenado de las moléculas”.
En 1910 nace Eduard “Tate” en Zúrich, pero nace afectado de un retraso mental, que precisa de unos cuidados muy especiales. Mileva se dedica en cuerpo y alma al cuidado especial de su hijo. Esto significa un alejamiento entre Mileva y Einstein. En esos tiempos todavía ella le ayudaba a la preparación de las clases y conferencias que impartía. En 1911 toda la familia se traslada a vivir a Praga donde le  habían ofrecido a Albert un puesto de profesor en dicha universidad. Regresando nuevamente a Zúrich en 1912.

En 1913, Albert Einstein inicia una relación extramatrimonial con su prima Elsa Löwenthal, que vivía en Berlín. Elsa también era separada y madre de dos hijas. Esta le organiza todo el hogar de Einstein para que su dedicación sea plena para la investigación y no deba preocuparse de nada más.   Obedece todas las órdenes que le da Einstein, como el restringirle el número de visitantes que aspiraban a hablar con él, pues su fama era ya enorme.
Esto hace que Einstein acepte ser profesor de la universidad de dicha ciudad y se le posibilita que trabaje también  como investigador en los laboratorios de Max Plank (laboratorios que posteriormente fueron famosos por su utilización por los nazis).
Mileva no quiere trasladarse a vivir a Berlín, pues es consciente del final de su matrimonio. En la correspondencia entre Einstein y Elsa se puede comprobar cómo Einstein le comunica el no poder forzar un divorcio sin culpables.
No obstante se traslada a vivir con Einstein a Berlín, pero será el periodo más duro de su vida.   Einstein no soporta a Mileva y le impone unas durísimas reglas de convivencia, que son escritas:
Tendrás que encárgate de que:
Mi ropa este siempre ordenada.
Se me sirvan tres comidas diarias en mi cuarto.
Mi dormitorio y mi estudio estén siempre en orden y de que nadie toque mi escritorio.
Albert Einstein y Mileva con su hijo Hans Albert
 Debes renunciara todo tipo de relaciones personales conmigo, con excepción de aquellas requeridas para el mantenimiento de las apariencias sociales. No debes pedir que:
Me siente contigo en casa.
Salga contigo o te lleve de viaje.
Debes comprometerte explícitamente a observar los siguientes puntos:
No debes esperar afecto de mi parte y no me reprocharas por ello.
Debes responder inmediatamente cuando te dirija la palabra.
Debes abandonar mi dormitorio mi estudio en el acto.
Prometerás no denigrarme cuando así te lo demande yo ante mis hijos, ya sea de palabra o de obra.

Foto de Albert Einstein y Mileva Maric
A los pocos meses de vivir en Berlín, y ante su situación en que se encontraba su matrimonio y ante el temor de que estallara la I Guerra Mundial, Mileva regresa a Zúrich con sus hijos. Vive en una pensión con gran escasez de medios hasta que comienza  a dar clases de música y matemáticas. Esto hace que su situación económica mejore y consigue alquilar un piso y dar una vida más digna a sus hijos.
La separación matrimonial le provocó una fuerte debilidad anímica y las consecuencias del estallido de la I Guerra Mundial le hicieron que cayera en una profunda tristeza que acabó en una gran depresión.   Mileva concede el divorcio a Einstein en 1919 y en el pacto de divorcio se acuerda que si Einstein gana el Nobel, gran parte de la cantidad que reciba por dicho premio, sería para ella.
Einstein consigue el Premio Nobel en el año 1921. Mileva compra con ese dinero un edifico de apartamentos en Zúrich, que le permitirá vivir con cierta holgura el resto de sus días.
Esto le da autonomía económica y le permite atender a su hijo Eduard, que tenía detectada una esquizofrenia, lo que le provocaba frecuentemente brotes violentos, que ponían en peligro la vida de Mileva. A pesar de estos episodios, Mileva siempre lo mantuvo en casa bajo sus cuidados, negándose sistemáticamente a ingresarlo en un psiquiátrico. La situación era tan dura, que tuvo que contratar a personal de seguridad para que la protegieran de los ataques de Eduard.
Su otro hijo, Hans Albert, estudió en la misma escuela que sus padres, La Politécnica de Zúrich. Se casó con una profesora alemana y cuando el nazismo ya hacía estragos, se trasladó a vivir a Estados Unidos en el año 1937, donde fue contratado como profesor de Ingeniería Hidráulica en la prestigiosa universidad de Berkeley en California.

Los continuos brotes psicóticos que sufre su hijo Eduard, provocan en Mileva una gran crisis nerviosa, llevándole a ser ingresada en el hospital con carácter urgente, sufriendo  varias embolias que le provocan su muerte. Mileva muere sola en el hospital en el año 1948.
Ella siempre conservó el apellido Einstein, como así figura en su tumba en el cementerio de Zúrich. Cabe reclamar el mantenimiento del apellido de su marido como una reivindicación silenciosa de su trabajo en el éxito investigador del mismo.
El conocidísimo Bertrand Rusell definía a Albert Einstein como “alguien a quien los asuntos personales no le ocuparon gran cosa de su mente… Pero alguien debía hacerlo y ese era el papel que reservaba a sus mujeres, es decir la responsabilidad del hogar y el cuidado de sus hijos”.

Mileva con sus dos hijos, Hans Albert y Eduard
La misógina de Einstein resulta llamativa y por supuesto muy ignorada. Solo se le ensalza su saber científico, pero como persona dejaba mucho que desear, cosa que la historia nunca  lo señaló.
Las mujeres eran para él, además de manos que trabajan en todas las cosas fútiles del mundo, un objeto. Estaba convencido de que “muy pocas mujeres son creativas. No enviaría  a mi hija a estudiar física. Estoy contento de que mi segunda mujer no sepa nada de ciencia
Valoraba que  la ciencia agría el carácter de la mujer. Por eso es fácil entender sus críticas a Marie Curie “nunca ha escuchado cantar a los pájaros”. Albert Einstein que tenía un aspecto bonachón a los ojos del mundo y que tenía la cabeza llena de fórmulas, sin embargo, también la tenía llenas de ideas machistas y retrógradas con respecto a las mujeres, cuya valoración siempre era negativa. Destaca una frase célebre “¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.
Sirva este artículo para poner en la historia el papel de Mileva Maric en el desarrollo de la Física y que se sepa el papel tan fundamental que tuvo en la teoría de la relatividad. Además un toque de atención a los historiadores y prensa de la época que ocultaron el papel de ella y ensalzaron el papel de Albert Einstein.

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