miércoles, 26 de marzo de 2014

LAS MARCHAS DE LA DIGNIDAD DEL 22M: EL EMBRIÓN DEL FRENTE POPULAR HACIA LA III REPÚBLICA

LAS MARCHAS DE LA DIGNIDAD DEL 22 M: EL EMBRIÓN DEL FRENTE POPULAR HACIA LA III REPÚBLICA. 
Alfonso Viñas.
 Publicado en 2014/03/24
Han sido las Marchas de la Dignidad un día primaveral de 22 de marzo. Todas las banderas de lucha estaban en Madrid (anarquistas, comunistas, republicanas, federalistas,…); ni las cámaras de televisión ni la prensa han podido ocultar las miles de banderas tricolores que inundaron la capital española.

La II República también nació en esta estación, la Niña Bonita se la llamó popularmente, aunque tuvo sus mártires. Coincide en número con el día en que D. Manuel Azaña dio un discurso en el Campo de Comillas cerca de Madrid tras el desmantelamiento de la República por parte de la CEDA, la Revolución de Asturias contra este gobierno de fascistas y el encarcelamiento del propio Azaña en varios buques de la Armada. El gobierno de derechas de aquella época, que era antirrepublicano, puso todos los obstáculos para que el mitin de Azaña no se celebrase un 22 de octubre de 1.934 y los republicanos se vieron obligados a comprar unos terrenos, construir unas instalaciones para la ocasión a orillas del río Manzanares cerca del puente de Toledo. Trescientas mil personas de todos los rincones de España,según cálculos prudentes, escucharon a Manuel Azaña bajo el sol de otoño en octubre.

El 22 de marzo de 2.014 también miles de personas han acudido en columnas a Madrid desde todos los puntos de la geografía española, algunos andando, la mayoría en autobuses. En esta ocasión como en el 34 también ha habido controles de la Guardia Civil en las carreteras a los autobuses donde viajaban los manifestantes. En el año 34 la gente viajó a Madrid porque la CEDA estaba desmantelando la República desde el Parlamento durante el bienio negro, porque el fascismo cobraba auge no solamente en España sino en Europa entera con Hitler y Mussolini a la cabeza. El 22 de marzo los manifestantes acudían- se lo escuché decir a Cañamero durante su travesía a pie por la carretera a los medios- por el desmantelamiento de “esta Democracia”, del Estado de Bienestar,… Pero los republicanos no vamos a hacer una defensa del actual régimen monárquico corrupto fruto de los Pactos en la Transición y de la Constitución del 78: En el 34 la CEDA gana unas elecciones y desde el Parlamento y las instituciones destruye la República; no pudiendo hacerlo del todo, ya que en el 36 gana las elecciones el Frente Popular, la oligarquía española hace un golpe de Estado a la República por medio de las armas con la ayuda de Mussolini y Hitler. Después vino una dictadura fascista de cuarenta años con el beneplácito las potencias imperialistas ganadoras de la 2º Guerra Mundial y una Transición donde se perpetúa el régimen franquista con Juan Carlos de Borbón heredero del dictador a la cabeza como Jefe de Estado y con un lavado de cara del régimen con el objetivo de entrar en la OTAN y en la Unión Europea. Hoy día padecemos el régimen corrupto monárquico – borbónico como lo padecieron los españoles en 1.812 y 1.823 con la persecución de Fernando VII a los liberales, en 1.923 con el apoyo de Alfonso XIII a la Dictadura de Primo de Rivera para salvarse; en 1.854 ( revolución de la Vicalvarada, donde se quema en Madrid el Palacio de la Reina Madre, la Regente María Cristina); en 1.868 (revolución de la Gloriosa con Prim a la cabeza donde se expulsa del País a la corrupta Isabel II) y en 1.874 (fin de la I República).  Aquellos fueron años de corrupción del régimen borbónico y de brutales crisis económicas que llevaron al pueblo al hartazgo de las guerras en Marruecos, al hambre, a la miseria, a revoluciones,… Cuando hablan de fracaso de las dos Repúblicas de nuestro país, yo preguntaría: ¿Cuántas veces ha fracasado la Monarquía borbónica en España? La I República tuvo cuatro Presidentes en un año, es verdad. No paran de repetirlo ¿Cuántos Jefes de Gobierno tuvo la monarquía de Alfonso XIII? El número tan desmesurado refleja la corrupción de las monarquías borbónicas y su incapacidad para manejar las crisis económicas en el país. Las Repúblicas españolas heredaron los problemas estructurales de estas monarquías.

El periodista británico Henry Buckley sitúa el mitin de Azaña a las afueras de Madrid, en el Campo de Comillas, cerca de Carabanchel y describe así el acontecimiento:

“La Guardia Civil había colocado controles en las carreteras, que se dedicaban a desviar muchos camiones que acudían desde los pueblos al mitin de Azaña. Había llegado desde los rincones más remotos del país, algunos habían viajado cientos de kilómetros en camiones abiertos bajo un cielo inclemente y cuando el discurso hubo concluido se subieron de nuevo a los camiones para emprender la misma ruta de regreso por inhóspitos caminos”. Buckley comenta que algunos campesinos de vuelta a sus pueblos fueron fusilados por acudir al mitin, “muchos pagaron cara tamaña osadía”.

En el discurso de Comillas, ante la destrucción de la República por parte de la CEDA, Azaña hace una defensa dela Constitución del 31, obra de todos los partidos republicanos que la confeccionaron y la votaron, la libertad de conciencia, el laicismo, el sufragio universal y el Parlamento y de los ataques de los enemigos de la República al régimen; habla del desastre electoral del 33 cuando gana la derecha “el azote, el latigazo, el palo, aveces el tiro, de los que persiguen al republicano sólo por ser republicano. La condición de Republicano en España, con la enseña republicana todavía, es un pretexto para la cárcel, el destierro,la paliza, para toda clase de estragos personales, en la libertad y en la familia… ¿Por qué? Porque habían conspirado contra la monarquía de año 1.929”. “Todo el Estado español actualmente es una conjuración antirrepublicana, un sistema organizado contra las personas de los republicanos y contra el régimen y esto no lo podemos tolerar más tiempo”. “La política internacional de un país se hereda de régimen a régimen”. Después habló del papel de España en la Sociedad de Naciones en la que desde su posición de potencia débil defendió siempre la paz contra las agresiones imperialistas, el estado de la reforma agraria (paralización, abandono y destrucción por parte de la CEDA), la Ley de restricciones, la desastrosa gestión económica y en trasportes y defendió las reformas llevadas a cabo en el bienio progresista.

“Recuerde ahora el trabajador que durante el bienio le hacían creer que estaba desengañado por la República; recuerde ahora el trabajador cuál era entonces su suerte y cuál ha venido a ser después, después de aquella República desapareció; recuerde ahora el cultivador a quien se le hizo creer que por culpa de la República no podía vender su fruto; recuerden ahora los que nos achacan destrozos en la economía nacional porque favorecíamos una limitada política de elevación de salarios para mejorar la capacidad de consumo que en último extremo redundaba en beneficio de la gran industria”.

Hoy los tiempos son diferentes, aunque azotados por idénticas crisis del capitalismo. En aquella época estaba apunto de estallar la 2º Guerra Mundial (la Guerra Civil tan sólo fue el preludio de esta). En aquellos tiempos se defendía la República. Hoy no vamos a defender el actual régimen por muchos recortes que sufra. Lo que defendemos los republicanos, a parte de la necesaria dimisión del Gobierno en bloque, es la ruptura con el actual régimen neofranquista, monárquico-borbónico corrupto que padecemos los españoles. Muchos dirán que la República no es la panacea. Por supuesto que no. La República es la condición necesaria, no suficiente. Ante la inminente crisis energética de los combustibles fósiles, las guerras imperialistas que se avecinan y que podría desembocar en guerras mundiales, el auge del nuevo fascismo, el control mediante medios de masas, móviles con Internet redes sociales y la crisis capitalista que todavía va a seguir azotándonos la República es el instrumento para que el pueblo pueda gobernar el Estado, tener trabajo, vivienda digna, alimentación, Educación Pública y Sanidad Pública; para que no haya ausencia de Ley y haya laicismo; para que haya Justicia. La República no es condición suficiente, eso sí. No va a ser un camino primaveral de flores. Los enemigos de la República van a querer destruirla, como el 34. Pero es la salida necesaria que tiene el pueblo español, porque la salida del túnel está siempre hacia la luz y no parándonos en él o haciendo defensa de la oscuridad o del mismo túnel. Porque defender el actual régimen puede parecer más cómodo, da menos miedo, pero a la larga nos va a llevar a un callejón sin salida o lo que es peor hacia un abismo insalvable. Nuestra labor como republicanos después del 22 M es construir el Frente Popular hacia la III República. Todas las plataformas, mareas, partidos y sindicatos convocados en Madrid juntos en una candidatura de coaliciones conjunta para las próximas generales y una vez en el Parlamento se podrán hacer los cambios. Leyes hechas por el pueblo y una nueva Constitución abierta para que las futuras generaciones puedan refundar el Estado las veces que sea necesario. Tomar la calle sin objetivos políticos claros nos llevará a largo plazo al desánimo y al desgaste físico y emocional. No esperemos como en 1.873 o en 1.931, a que la situación sea tan desastrosa que la única opción válida sea ya la República porque se han agotado ya todas las opciones políticas incluida la dictadura. No pasemos otra vez por otra dictadura fascista. Estamos en una fase que tiene rasgos parecidos la de 1.929 donde Alfonso XIII apoya la Dictadura de Primo de Rivera antes de que se pueda producir el advenimiento de una República. Los Borbones siempre han intentado salvarse a lo largo de la Historia. Los republicanos y las republicanas tenemos la tarea de dar contenido político hacia la República y de lucha obrera a las Plataformas, Mareas, Marchas y Sindicatos; hacia la ruptura de este régimen que padecemos, hacia la III República. Hay que hablar de forma clara a la gente. Como dijo Azaña finalizando su mitin de Comillas en el 34: ¡Pueblo, por España y la República! ¡Todos a una!

Por César Alfonso Viñas. RPS Cádiz

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