Bomba de la
aviación rusa lanzada en la Guerra Civil hallada en la región de Madrid.
- La Guardia Civil se hace cargo
cada año de unos mil artefactos
- Proyectiles, granadas de
mortero y de mano o bombas de aviación
- Son piezas muy apreciadas por
determinadas personas que las conservan
- Algunos aún contienen carga
explosiva y el riesgo de explosión es alto
- Los expertos alertan del riesgo
de manipularlos o almacenarlos
Sagrario
Ortega (Efe) | Madrid
Actualizado sábado
19/10/2013 20:04 horas
se hace
cargo cada año de unos mil artefactos procedentes de la Guerra Civil, pero solo
son una muestra de los que también encuentran los coleccionistas que, sin ser
conscientes del peligro que entrañan, los guardan como un tesoro en sus casas.
No por
antiguos son menos peligrosos. Todo lo contrario. Según explica Carlos
Vicario, del Servicio de Desactivación de Explosivos y Defensa NRBQ de la
Guardia Civil, precisamente esos artefactos tienen más riesgo porque sus
sistemas de seguridad se han deteriorado con el paso del tiempo y en
cualquier momento pueden explosionar.
Un ejemplo
de su peligrosidad es el último incidente del que ha tenido constancia la
Guardia Civil, ocurrido en la localidad madrileña de San Martín de la Vega,
donde una persona resultó herida grave al manipular un proyectil de artillería
de la guerra.
Vicario
cifra en unos mil artefactos de la guerra del 36 los que los ciudadanos ponen
en manos del Instituto Armado cada año, que, en su mayoría, son proyectiles
de artillería, granadas de mortero y de mano e, incluso y en menor medida, bombas
de aviación, enterradas a más profundidad y que, por tanto, tardan más años
en aflorar.
Aunque parezca
increíble, a pesar de las mil piezas entregadas cada año a la Guardia Civil y
las incontables que hallan coleccionistas y ciudadanos anónimos sin informar de
ello, los agentes del Servicio de Explosivos no han detectado una tendencia a
la baja en el número de artefactos.
Y eso da
idea de los miles y miles de piezas enterradas en toda la geografía española,
pero sobre todo en las zonas donde el frente de uno y otro bando fue más
estable, como el de Madrid o el del Ebro.
Desde ambas
posiciones se lanzaban los artefactos, pero algunos no llegaban a explosionar
por las razones que fuera, subraya Vicario, quien avisa de que hasta los trozos
de hierro más herrumbrosos que pueden encontrarse tienen explosivo que
"funciona".
440 artefactos destruidos este año
Pero no son
solo piezas de la guerra las que caen en manos de la Guardia Civil para su
desactivación. Cohetes granífugos, bombas extintoras de incendios, bengalas
de señalización, espoletas, granadas de fusil, artefactos pirotécnicos o
botes de humo son otros de los peligrosos objetos que los agentes tienen
finalmente que desactivar.
En lo que va
de año, la Guardia Civil ha recuperado 11.535 efectos y ha tenido que
destruir 440. Por provincias, Zaragoza encabeza la lista de artefactos
destruidos, con 37, por delante de los 35 de Ciudad Real y los 32 de Valencia.
Y entre los
más de 11.500 objetos recuperados, destacan las 7.137 bombas extintoras de
incendios o los 584 cohetes granífugos, compuestos de yoduro de plata y
utilizados, sobre todo hace unos años, para lanzarlos contra las nubes y evitar
la condensación de agua, es decir, el granizo con el fin de proteger las
cosechas de las tormentas. Un total de 315 granadas de mortero y 240
proyectiles de artillería figuran también entre los efectos recuperados.
Cada caso se
estudia detenidamente por los artificieros, que le ponen la correspondiente
carga explosiva y destruyen el artefacto en lugares controlados donde se
ocasione el menor daño posible al entorno y ninguno a las personas.
La Guardia
Civil quiere recordar a los ciudadanos que por "más viejo y roto" que
pueda encontrarse el artefacto que hallen, "puede tener el mismo poder
destructor" que cualquier otro, porque ha sido diseñado para matar o
mutilar, subraya Vicario.
Por ello,
este tedax pide a los ciudadanos que no toquen ni muevan el artefacto hallado,
lo señalicen con piedras o ramas y avisen a la Guardia Civil. Y también que
desconfíen de los consejos de personas que supuestamente conocen ese material
porque alguna vez en su vida lo han utilizado y que no intenten desactivarlo.
Se trata,
insiste Vicario, de evitar accidentes, que en muchos casos pueden ser graves,
por lo que la Guardia Civil no ve con buenos ojos el coleccionismo de estas
piezas, ya que supone trasladar el peligro del campo a la propia casa. Porque
el tesoro puede estallarle en las manos.
Fuente: www.elmundo.es

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