Cura antifranquista dice que Francisco I sigue alineado con los de la "Cruzada"
Por A. Ramírez - Canarias-semanal.org
Lunes, 21 de octubre de 2013
Juan Mari Zulaika fue uno de aquellos curas que durante la dictadura franquista fueron a parar con sus huesos a la celebérrima prisión de Zamora, especialmente destinada por parte del dictador aquellos sacerdotes que se oponían a su régimen. Ahora forma parte de un colectivo denominado Goldatu, una de cuyas funciones es la recuperación de la memoria histórica.
El cura Zulaika realizó la pasada semana unas declaraciones en las que daba sus opiniones a propósito de la reciente beatificación de 522 eclesiásticos muertos durante la guerra civil. Este sacerdote, con una larga trayectoria antifranquista, no tuvo pelos en la lengua a la hora de describir el perfil del nuevo pontífice argentino, instalado en el Vaticano.
"El nuevo Papa -manifestó - nos sorprende a veces con sus declaraciones. Parece que va a revolucionar el Vaticano. En la reciente beatificación en Tarragona de 522 eclesiásticos muertos en la Guerra Civil, tuvo una oportunidad de oro para romper con la trayectoria dolosa de la Iglesia española que sigue sin condenar la sublevación franquista y propiciar la reconciliación de las dos Españas, la de los vencedores y la de los vencidos, pero no lo hizo"
"El Papa - continuó diciendo Zulaika - prefirió intervenir a través de un vídeo y echó balones fuera, sometiéndose al guión tradicional del franquismo. Para nada se refirió al Alzamiento ilegítimo, en el que la Iglesia se involucró hasta el tuétano. Para nada aludió a los deberes pendientes de la Memoria Histórica aprobada por las Cortes, aunque en la práctica la tienen relegada a todos los efectos. Se negó a realizar el más mínimo relato del sangriento episodio, limitándose a generalidades que no aclaraban el porqué de la macro-beatificación, como ocurre en los macro-juicios",
"A sus muertos - añade Juan Mari Zulaika refiriéndose a los "mártires" ahora beatificados -, que pertenecían en su mayoría al mundo eclesiástico, los declaran sin más "mártires de la fe" como si fueran el resultado de una persecución religiosa como los sacrificados en el Coliseo Romano. No repara en otros posibles móviles como la desesperación de unas masas hostigadas por los mortíferos bombardeos o la beligerancia constatada de algunos cuadros religiosos, como el obispo de Tarragona, Manuel Borrás, un jerarca que estuvo implicadísimo en la conspiración del golpe militar".
Para Zulaika lo que ha hecho el Papa ahora, a más de setenta años de aquellos acontecimientos, es consagrar una vez más y con solemnidad la versión franquista sobre la guerra civil, alineándose con el Cardenal Primado de España, Isidro Gomá, que fue el que acuñó el término de 'Cruzada' para referirse a la guerra civil".
El cura antifranquista denunció que Francisco "no dedicó ni una palabra a los miles de ciudadanos fusilados sin defensa, que esperan en las fosas comunes o bajo la ignominia del Valle de los Caídos, Verdad, Justicia y Reparación. La Iglesia sigue sin hacer la menor crítica a la sublevación de Franco y a su participación en ella. Continúa sin denunciar los crímenes de lesa humanidad perpetrados en la guerra y durante la dictadura de 35 años contra la población y parte del clero".
Por otra parte, Juan Mari Zulaika expresó su suspicacia en relación con los silencios del nuevo Papa de Roma. "¿Será que Francisco - se pregunta el sacerdote - desconoce la naturaleza de la guerra de Franco y su dictadura, para no cantar la verdad que debiera?" Y se responde "Como obispo de Buenos Aires hubo de conocer a exilados españoles de nuestra guerra civil. En los años 1976-1983, presenció la dictadura cívico-militar argentina. Aunque resulta difícil demostrar que hubiera colaborado con aquel régimen, quizá contemporizó con él, o al menos, no lo combatió como otros compañeros jesuitas. Ahora disponía de una inmejorable ocasión para sacudirse las sospechas que rodean su actuación en ese período".

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