jueves, 27 de febrero de 2014

LA REALIDAD ES EL APOCALIPSIS

José Antonio Gómez Hernández | Autor del libro 'Al Fondo a la Izquierda' nuevatribuna.es | 26 Febrero 2014 - 09:29 h.
En el Debate sobre el Estado de la Nación ha quedado patente que España está gobernada por un irresponsable, por un Presidente de Gobierno que, además de llegar al poder gracias a la mayor estafa electoral de la historia de España, ejerce sus funciones de espaldas a las verdaderas necesidades de sus gobernados. La ecuación ilegitimidad democrática + gobierno a espaldas de los ciudadanos da un resultado cercano al que saldría del análisis de cualquier dictadura. El triunfalismo y la soberbia demostrada por Mariano Rajoy rayan la desfachatez. Su discurso de la mañana mostraba el argumentario del Partido Popular, un argumentario encaminado a justificar lo injustificable. Toda su dialéctica estaba orientada hacia la rama económica, hacia los datos macroeconómicos. Rajoy se ha querido presentar ante los españoles como un salvador, del mismo modo que se presentan los dictadores ante sus ciudadanos. Él ha salvado la economía española, él ha salvado a España. Y ha sacado datos, sus datos, los datos que le interesa mostrar: recuperación de la macroeconomía, mejora de las exportaciones, descongelación de las pensiones, mejora de la balanza de pagos por cuenta corriente, mejora de la prima de riesgo, mejora del mapa laboral. Todo muy positivo. Sin embargo, esas cifras encierran más mentiras que verdades. Es posible que la balanza haya mejorado, pero no por su gestión, sino por la caída del consumo interno por la situación crítica de la economía real. Es posible que las exportaciones hayan aumentado, pero este incremento está motivado por la bajada de las importaciones. La prima de riesgo ha bajado, pero debido a las medidas tomadas por el BCE y no como consecuencia de sus políticas neoliberales. Las pensiones se descongelan pero pierden poder adquisitivo. El total del discurso de Rajoy ha sido una batería de autoelogios, un ejemplo de onanismo político. Sin embargo, todo lo que ha mostrado es lo más alejado de la realidad.
Por la tarde los grupos de izquierda le han sacado un listado de la verdadera realidad de este país. Más paro, pobreza extrema, peor sanidad pública, millones de españoles sin ningún tipo de ingreso, ley del aborto, reforma laboral que elimina los derechos de los españoles, pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas, recortes en educación, política migratoria rayana en el racismo, subidas de impuestos, rescates bancarios, aumento de la deuda, empleo precario, exilio económico de cientos de miles de españoles, desahucios, corrupción y financiación ilegal del PP. Esa es la realidad de millones de españoles, la realidad que se vive en el día a día. Ante este baño de realidad y no de ese mundo maravilloso en el que vive el presidente, Mariano Rajoy ha tenido la desfachatez de espetar a Alfredo Pérez Rubalcaba que ha traído un discurso apocalíptico. Es decir, Mariano Rajoy ha afirmado que la realidad de la calle es el Apocalipsis. Es lógico. La realidad le estropea el discurso triunfalista, por eso es el apocalipsis.
El argumento fundamental del presidente ha sido la recuperación económica. Sin embargo, Alfredo Pérez Rubalcaba o Cayo Lara le han mostrado las verdaderas reivindicaciones de los españoles. Éstos están más preocupados de encontrar trabajo que de la prima de riesgo. En la calle se tiene la sensación real de que el actual Ejecutivo orienta su ejercicio del poder hacia los aspectos de la economía que no afectan a sus necesidades. Como ocurre con cualquier gobierno de la derecha, siempre de espaldas al verdadero interés de la gente. Mariano Rajoy presentó unos datos de recuperación de la economía, pero la realidad le muestra que hay 6 millones de parados, de los cuales casi el 50% no cobra ningún tipo de prestación o no tiene ningún tipo de ingreso. Mariano Rajoy afirma que las exportaciones han aumentado, pero la realidad le demuestra que los beneficios de ese incremento no llega a las empresas españolas que no tienen intención de invertir esas plusvalías en España. Mariano Rajoy enfatizó que las pensiones se descongelaron y que su gestión garantiza que se incrementen año tras año, pero se olvida de un aspecto fundamental en esa revalorización que muestra la realidad de la calle y es que los pensionistas han perdido poder adquisitivo, primero respecto al IPC y, segundo, por las medidas del propio gobierno, como, por ejemplo, la subida del copago farmacéutico en un 1,5%, seis veces más que la subida del 0,25%. Mariano Rajoy habló de la mejora de los niveles de empleo mintiendo, como siempre, ya que sólo toma los datos del paro registrado, datos manipulables por diferentes variables como la no inscripción como demandante de empleo o el exilio económico de cientos de miles de españoles. La realidad la muestra la EPA o los cotizantes a la Seguridad Social, y ahí se demuestra que España sigue destruyendo empleo. La realidad es que se sigue destruyendo empleo, gracias a las políticas laborales del Partido Popular.
Es lógico que la realidad sea el Apocalipsis para Mariano Rajoy. La realidad de la calle demuestra que tenemos un presidente que gobierna para las grandes cifras y se olvida de quienes deben ser los destinatarios directos de las decisiones del gobierno. La realidad le destruye su optimismo y su autoproclamación de salvador de la Patria, por eso es el Apocalipsis.




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