jueves, 19 de abril de 2012

“III REPÚBLICA YA“


Yo, por la tercera república
día 18.4.12

Cuando un mal llamado empresario deja de pagar a Hacienda, a la Seguridad Social, a sus proveedores y a sus empleados; vamos que, cuando se ha quedado con el dinero que no es suyo, lo que hace es cambiar el nombre a su empresa y pone a otro al frente de la nueva sociedad. Y no pasa na´. 

Viene el ejemplo anterior a la situación por la que atraviesa España, en la que no hay mucha diferencia con lo ocurrido: Durante muchos años hemos tenido a gentes que, aprovechando su posición política o empresarial han hecho suculentos negocios en el sector de la construcción y en otros. Han vaciado las arcas de las instituciones y de los ciudadanos, empobreciéndolos a ambos y para toda la vida, que tras ellos siempre llega Don Banco a cobrar. Mientras, ellos dándose a la buena vida, que son cuatro días y hay que disfrutarlos. Desarrollaban proyectos inviables e insostenibles con el único objetivo del cobro de la suculenta comisión. Todo se anotaba, debidamente, en el correspondiente asiento contable del debe.

Así que los trabajadores de esta empresa llamada España, hemos pasado a ser los paganinis de tanto desafuero. Y el nuevo gobierno, eso sí, elegido libremente y por mayoría, en vez de salvarnos nos está hundiendo más en la miseria. Aplicando una gorda de recortes en todos los campos. Nos suben los impuestos y tasas, nos bajan los salarios, más despidos, menos derechos y libertades y a callar o a la cárcel. El mundo al revés, les damos nuestra soberanía y ellos van y nos la quitan.

Sintetizados los antecedentes, sin dejar fuera el tema de nuestra casa Real. Que más parece esta casa ser un claro ejemplo de la degradación a la que se ha llegado en nuestra Nación. Desde la no aclarada actuación en el 23F, a la fortuna que se le presupone al cabeza, pasando por la imputación del yerno de la hija menor, hasta el uso de armas de fuego de forma ilegal por parte de un infante. Sin descartar la siempre sospechosa pertenencia de la reina consorte con el club Bilderberg, de oscura y opaca transparencia social. Casa Real, no hay que olvidarlo, impuesta por el dictador. Rey, que por cierto, juró los principios del movimiento nacional, aquel ideario franquista que parecen querer volver a resucitar sus acólitos del Partido Popular, hoy en el gobierno. Sólo les queda reestablecer la ley de vagos y maleantes que las demás ya las están poniendo en marcha.

Pues bien, sintetizada esta surrealista realidad que nos invade, sería conveniente el cambio de denominación de esta empresa. ¿Qué le parecería el de la III REPÚBLICA ESPAÑOLA? No sólo acabaríamos con esta pantomima de democracia tutelada y dirigida por los post-franquistas, en y fuera del gobierno, sino que pondríamos los contadores a cero.

Comenzaríamos con reescribir nuestra Historia correctamente y no como siempre nos la han contado a modo de cuento para niños y adultos lelos. Franco fue un dictador y durante los 40 años de dictadura se hicieron verdaderas barbaridades, que, no por desconocidas signifique su no existencia. Por ejemplo, la sustracción y venta de bebés que, tras 30 años de silencios, ha conseguido salir a la luz y a los juzgados. La ley de auto amnistía del 1977 buena prueba de la pantomima y de la firme voluntad de permanecer ocultos a la verdad.

Con la reinstauración de la III República Española les diríamos a los europeos de la Merkel y del Zarkozy y a los tecnócratas de Bruselas que Bye, Bye. Y centrarnos más en Sudamérica con los que tenemos mayores vínculos. Si Europa quiere suicidarse, que lo haga, pero no con nosotros. No es esta Europa a la que nosotros quisimos unirnos. A los famosos mercaderes y banqueros no les reconoceríamos esa deuda que tanto exigen cobrar. Un modelo político distinto y verdaderamente soberano no consiente nacer hipotecado por modelos anteriores y sumisos a otros poderes que no pertenecen al pueblo español. La III República nace con los principios de la Libertad, de la Igualdad y de la Fraternidad para colaborar con todos los países que la reconozcan y quieran compartir.

La III República Española nacionaliza todo su potencial económico (Haciendo efectivo y real lo dispuesto en el artículo 128 de la Constitución vigente: “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”. No nos cabe duda de la situación crítica en la que nos hemos visto abocados y por ello, precisamente, se hace necesario toda nuestra capacidad económica para solventarla, y no cargar sólo a los ciudadanos con la solución de la misma. El sistema financiero y bancario quedan bajo la tutela del Estado y quedarán unificados en una única Entidad: El Banco de España. Éste será el responsable absoluto del buen curso de este proceso y de la mejora del bienestar económico de los españoles a través de prácticas financieras honradas, no especulativas y totalmente transparentes. No queremos un Estado en manos privadas.

Las empresas de la energía quedan igualmente nacionalizadas. Todos sus activos, ya sean en nuestro propio territorio como en cualquier otro de Nación distinta, quedan confiscados. Las empresas del sector químico son también nacionalizadas en los mismos términos. Las empresas del sector alimentario, sean productoras o distribuidoras de alimentos y/o bebidas quedan nacionalizadas. Aquellas otras grandes, medianas o pequeñas empresas dedicadas a actividades distintas a las mencionadas y que posean un carácter multinacional o no, quedan igualmente nacionalizadas.

La III República Española nace de la inexcusable necesidad de solucionar los efectos provocados por la mayor Estafa cometida contra los intereses y la dignidad de los ciudadanos españoles. La miseria y la pobreza a la que los españoles han sido conducidos, no responde más que a la utilización de métodos especulativos por parte de los sectores financieros, propios y extranjeros, y a la codicia y usura de gran parte de los políticos envalentonados y alentados por aquellos y por los empresarios sin escrúpulos ni éticas, ni de comportamientos sociales de respeto y lealtad a los intereses de sus conciudadanos. Unos y otros han actuado al más puro estilo de los corsarios y piratas, saqueando al País como si de un botín ajeno se tratase. Es de la necesidad de parar éste saqueo y el de salvaguardar los derechos de todos los españoles de donde nace la III República Española.

El pueblo soberano es su único Rey. La Constitución vigente será revisada y será nuestro único catecismo. Sin artículos dados a la interpretación, sin ambages ni artimañas. Será una Constitución clara y de debido cumplimiento por todos los ciudadanos españoles, físicos y jurídicos. Ha de ser nuestro libro de bolsillo y no algo escrito y rodeado de falsos oropeles que engañan y confunden a la gente.

La III República Española ha de constituirse en la fuerza centrífuga que elimine a la escoria capitalista. Una vida digna es un derecho irrenunciable para todos y no sólo para unos cuantos. El camino no será fácil, los de siempre intentará boicotearla, intentarán lo que ya hicieron otras veces. Pero hemos de ser fuertes y no dejarnos engañar una vez más. Tengamos claros cuáles han de ser nuestros principios y nuestras metas. Tengamos claro que hemos de compartir y no competir con nosotros mismos. Tengamos claro que es posible, que la mayoría de los ciudadanos somos honrados y leales y dispuestos a luchar todos por los demás. Hagamos realidad este viejo sueño de hacer una España Digna y Honesta consigo misma. Una España donde vivir no sea un pecado, sino una alegría.

La III República será el mayor garante y defensor de los españoles y no permitirá, bajo falsedades interesadas, que un sistema financiero y bancario demoníaco acabe con nuestra Nación, ni tampoco a unos políticos al total servicio de éstos. 

Creo que la III República podría ser esa mano de pintura que tanto necesitamos para tener futuro. Una mano de lija, una de imprimación y una de pintura deja todo como nuevo. ¿Nos ponemos a la obra? ¿O es que un pueblo no tiene derecho a rectificar sus errores?

P.D. No dejen de escuchar la glosa de Severino Donate sobre “Los mercados no existen”.

José María Hernández


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