En escrito
dirigido al magistrado juez del Juzgado Central de Instrucción Nº 2 de la
Audiencia Nacional
EL CORONEL MARTÍNEZ INGLÉS
RECLAMA COMO TESTIGOS A ANTONIO TEJERO, BÁRBARA REY, ALFONSO ARMADA Y MARIO
CONDE
Por Amadeo
Martínez Inglés - Canarias Semanal
Martes, 10 de abril de 2012
El coronel
del ejército español Amadeo Martínez Inglés, imputado por el artículo publicado
en Canarias Semanal: "¿Por qué te callas ahora?", dedicado a Juan
Carlos de Borbón, se dirige ahora al magistrado de la Audiencia Nacional ante
el que tendrá que comparecer el próximo lunes. Lejos de amilanarse por la
condena que la acusación por un presunto "delito contra la Corona"
podría acarrearle, Martínez Inglés se reafirma en cada una de las denuncias
sobre el monarca español planteadas en su polémico artículo. El oficial también
propone al magistrado de la AN que llame a declarar como testigos de su caso a
la actiz y ex vedette Bárbara Rey, a Antonio Tejero Molina, a Alfonso Armada,
José María Ruiz Mateos o el banquero Mario Conde.
Don Amadeo Martínez
Inglés, coronel del Ejército diplomado de Estado Mayor, escritor e
historiador militar, se dirige a VS en relación con la cédula de citación
recibida en su domicilio con fecha 23-03-2012 en base a las diligencias previas
que, en providencia de 21.03.12, ha abierto ese Juzgado por un presunto delito CONTRA
LA CORONA, exponiéndole las siguientes consideraciones:
PRIMERA.-
Como coronel de Estado Mayor, historiador militar y profesor de esta
última materia en la Escuela de Estado Mayor del Ejército español me he
dedicado durante más de treinta años, concretamente desde mediados de los años
ochenta del pasado siglo, a estudiar e investigar la vida del actual rey de
España Juan Carlos I tanto en su ámbito personal como en el público e
institucional.
SEGUNDA.- Como consecuencia de esas investigaciones
y estudios profesionales pronto llegarían a mi conocimiento abundantes indicios
racionales de la comisión por parte del monarca español de variados presuntos
delitos tales como (por orden cronológico): “homicidio imprudente” o
“fratricidio premeditado” (esta disyuntiva nunca la han dilucidado los jueces
que deberían haberlo hecho); “alta traición a la nación española”, al haber
pactado en secreto en noviembre de 1975 con el Departamento de Estado
norteamericano la entrega unilateral a Marruecos y Mauritania de la antigua
provincia española del Sahara Occidental; “cobardía ante el enemigo”, al
retirar en esa fecha de manera humillante y sin combatir las fuerzas militares
españolas de ese territorio ostentando la Jefatura Suprema de las FAS; “genocidio
de la antigua población del Sahara español en grado de colaborador necesario”
(más de tres mil víctimas) al haberla entregado al rey alauí Hassan II
totalmente indefensa; “golpismo de Estado”, al haber autorizado a sus militares
cortesanos (Armada y Milans del Bosch) la planificación, preparación y
ejecución de la maniobra político-militar desarrollada en España la tarde/noche
del 23 de febrero de 1981, conocida popularmente como “la intentona
involucionista del 23-F”; “terrorismo de Estado”, al tener previo conocimiento,
como comandante en jefe de las FAS, de la guerra sucia que preparaban los
servicios secretos militares y de la seguridad del Estado contra ETA (GAL) y no
haber impedido su puesta en marcha; “malversación de caudales públicos” de los
denominados “fondos reservados” adscritos a Defensa, presidencia del Gobierno e
Interior, al conocer y no desautorizar el pago a determinada vedette del
espectáculo español por las prestaciones sexuales que le había realizado
durante más de quince años y que ella, en 1996, amenazaba con hacerlas públicas
a través de documentos audiovisuales de su propiedad; “corrupción
generalizada”, al recibir durante décadas regalos multimillonarios procedentes
tanto del exterior como de la propia España: yates, fincas de recreo,
petrodólares en forma de créditos a fondo perdido…etc, etc; “enriquecimiento
ilícito” como consecuencia de todo lo anterior y de oscuros negocios de todo
tipo que en los últimos años han trascendido a la opinión pública española a
través de libros y documentos nunca desmentidos oficialmente hasta
convertir a su familia en una de las mayores fortunas del mundo (la 134, con
1790 millones de euros en su haber).
TERCERA.-
Como consecuencia de todo lo anterior, señor magistrado juez del Juzgado
Central número 002 de la AN, el 23 de septiembre de 2005, y ante la
incompetencia constitucional que presentan los tribunales españoles (y de todo
el mundo) para juzgar los presuntos delitos cometidos por el actual rey de
España, Juan Carlos I, envié al presidente del Congreso de los Diputados un
exhaustivo informe (40 páginas) sobre las muy claras y decisivas
responsabilidades del monarca en la ya señalada “intentona involucionista del
23-F”, solicitándole la creación de una Comisión parlamentaria que depurara
esas presuntas responsabilidades tanto en el terreno personal como en el
histórico e institucional. Posteriormente, el 25 de enero de 2006, remití el
citado informe al presidente del Gobierno de la nación, al del Senado y a los
de las más altas instituciones del Estado: Consejo de Estado, Tribunal
Constitucional, Consejo General del Poder judicial…etc, etc.
Asimismo, en años posteriores (12 de
febrero de 2007, 4 de abril de 2008, 8 de octubre de 2008 y 13 de
diciembre de 2011) seguí enviando al Congreso de los Diputados periódicos y
detallados informes que he ido extendiendo y ampliando a la totalidad de los
presuntos delitos cometidos por el actual jefe del Estado español. Del remitido
con fecha 4 de abril de 2008, y con casi un año de retraso, recibí acuse de
recibo por parte de la Cámara Baja del Parlamento español comunicándome que
había sido trasladado a la Comisión de Peticiones de la misma para su oportuno
“estudio y tramitación”.
CUARTA.- El 8 de septiembre de 2008, y
en relación con el “homicidio imprudente” (así lo admitió en su día su noble
autor y su familia) o “flagrante asesinato” (eso deberían haberlo ya dilucidado
los jueces portugueses o los militares españoles, ya que en marzo de 1956 “el
caballero cadete Juanito” era un profesional de las FAS españolas) cometido por
el actual rey de España Juan Carlos I a las 20,30 horas del día 29 de marzo de
1956 en la finca denominada “Villa Giralda” de Estoril (Portugal), me permití
enviar al Fiscal General de Portugal (Procurador-Geral da República) un prolijo
estudio profesional (sin duda el único estudio balístico que existe en relación
con este caso) sobre las condiciones y las circunstancias en las que se
desarrolló el supuesto accidente familiar que le costó la vida al infante
Alfonso de Borbón a manos de su hermano mayor Juan Carlos, solicitándole la
apertura de una investigación judicial al respecto. El Fiscal General del
Estado portugués admitió a trámite el informe y prometió “que o caso vai ser
analisado”. A los pocos días, por presiones del Gobierno español según medios
portugueses, me comunicó su archivo debido al tiempo transcurrido y a la
complejidad de abrir en esos momentos un caso judicial tan delicado.
QUINTA.-
Pues bien, señor magistrado de la Audiencia Nacional, cuando este historiador
militar que se dirige a VS a través de las presentes líneas creía que, tras la
admisión a trámite de sus reiteradas denuncias contra el todavía rey Juan
Carlos I por parte del Congreso de los Diputados, iba por fin a poder
exponerlas con todo lujo de detalles ante los señores diputados de la Cámara
Baja, resulta que lo que recibe (a horas intempestivas y a través de una
patrulla de la policía municipal que no se recata en mostrar a los vecinos todo
su poder institucional e intimidatorio, seguramente para asustar al coronel que
suscribe ¡qué risa!) es una cutre cédula de citación (una muy mala fotocopia
torcida, casi ilegible y con abundantes errores que pone en evidencia la
miseria y postración en la que se debate hoy en día la justicia española) para
que acuda el 16 de abril, a las 10,30 horas, al digno Juzgado del que VS es
titular a fin de declarar como imputado en un presunto delito CONTRA LA CORONA
¡Toma ya! ¡Aquí tenemos otra vez la España cañí! ¡El historiador/mensajero a
los tribunales por haber osado meterse con el supremo y divino rey de los
españoles (de algunos españoles, cada vez menos)! Y para más inri ¡para eso
vivimos en un Estado democrático y de derecho! por un artículo publicado en la
prensa digital (en la otra, en los medios de comunicación tradicionales del
Estado, le tienen censurado desde hace años para que no dañe la impoluta imagen
del rey sin par que nos puso el dictador Franco) sustentado, además, sobre la
base de su libertad de expresión y de décadas de estudios, investigaciones y
denuncias que ha puesto a disposición, una y otra vez, de las más altas
instituciones del Estado.
SEXTA.-
Mi, al parecer, demoníaco artículo, señor Juez, dejando de lado el estilo duro,
bronco, intempestivo y, seguramente, impertinente, en el que ha podido ser
redactado (cada escritor escribe como quiere ¡faltaría más! en un país libre,
democrático y de derecho) solo refleja la verdad, una verdad a la que este
escritor ha tratado de llegar con su esfuerzo y dedicación durante más de
treinta años. Y que, repito una vez más, desde al año 1994 ha puesto
numerosas veces, mucho antes de que este artículo “Por qué te callas” viera la
luz digital, a disposición del pueblo español en general y de las más altas
instituciones del Estado (Las Cortes y el Gobierno de la nación) en particular.
Entrando en un apresurado análisis de autor debo
decirle señor magistrado del JUCINAN 002 (perdone, señoría, pero es que los
militares de Estado Mayor somos muy amigos de las siglas, seguramente porque en
la guerra el enemigo nunca nos da el tiempo suficiente para escribir en román
paladino todo lo que quisiéramos), por si no se ha leído despacio mi artículo
que me temo que no dada la cédula de citación que ha tenido a bien enviarme,
que éste presenta tres núcleos o almendras literarias bien diferenciadas:
1ª).- Un ataque, reconozco que
inmisericorde y duro pero veraz y ajustado históricamente, contra la dinastía
borbónica, de cuya muy baja catadura moral, profesional y social pocas personas
en este país tienen dudas. ¿O acaso Felipe V no fue un loco y egoísta que
para ceñir la corona española sumió a este país en una guerra cruel y
despiadada que provocó miles de muertos y la perdida sensible de territorios
patrios? ¿Y Fernando VII no fue un traidor de tamaño natural, un gran felón
como, afortunadamente, reconoce la historia de España? ¿E Isabel II no tuvo
bastante de ninfómana o meretriz regia, como propaló su propio pueblo? ¿Y su
esposo oficial, Francisco de Asís de Borbón, alias el “Paquita” y “el
Puntillas”, no fue toda su vida marital un cabrón consentido? ¿Y el
nefasto rey Carlos IV, un cobarde y un traidor a su patria? ¿Y Alfonso XIII, el
abuelo del actual titular de la dinastía, un putero de las noches madrileñas y
un borracho perpetuo? ¿Y el conde de Barcelona, padre del Juan Carlos I al que
le soltó aquella frase lapidaria de “Júrame que no lo has hecho a propósito” cuando
lo encontró sobre el cadáver de su hermano Alfonso la tarde del fatídico 29 de
marzo de 1956, no se pasó media vida a bordo de su yate trasegando ginebra a
espuertas? Y el rey actual, que primero mata a su hermano, traiciona a su
padre y besa el culo a Franco para conseguir ceñir la corona de España y
después abandona a Adolfo Suárez a manos de los militares y borbonea con éstos
para mantener como fuera su estatus regio ¿ha hecho algo aparte de preparar
golpes de Estado, fornicar a destajo a cargo de los fondos reservados, navegar
en el Fortuna y en el Bribón, cazar osos (borrachos o con tasa de alcoholemia
legal), esquiar en Baqueira Beret, pasarse los veranos a cuerpo de rey en
Marivent y labrarse un afortuna apañadita?
2ª).- Una revista rápida y fugaz de los presuntos delitos cometidos por el rey
Juan Carlos I, antes y después de subir al trono. Que, como ya le he expuesto,
los he denunciado repetidas veces durante los últimos ocho años a las más altas
instituciones del Estado y que no es cuestión de volver a repetir.
3ª).- Una clara y nueva acusación
contra el monarca español por su actuación en el “caso Urdangarín” puesto que,
conociendo desde el año 2006 (la misma Casa Real lo ha admitido) los oscuros
manejos (presuntos delitos) de su famoso yerno, se calló (por eso titulé mi
artículo” ¿Por qué te callas?). Señor Juez, usted seguramente sabe de esto más
que yo, que para eso es un señor magistrado de la Audiencia Nacional (antes
TOP), pero esta actuación de nuestro amado rey en defensa de su familia (¿de su
corona, tal vez?) podría ser constitutiva de un nuevo presunto delito de
encubrimiento. ¿O no?
SÉPTIMA.- De todo lo anterior se
desprende, señor magistrado, que mi artículo titulado “¿Por qué te callas?” de
delictivo no tiene nada de nada. Es un trabajo serio y profesional, aunque duro
en las formas, que recoge una vez más y de forma un tanto airada (los tiempos
no están para genuflexiones versallescas) lo que vengo diciendo desde hace años
en multitud de libros, artículos y conferencias. Además, su señoría conoce
mucho mejor que este antiguo uniformado, la “Exceptio veritatis”, el escudo
jurídico que protege la verdad del ataque inmisericorde de los poderosos e
impide que pueda ser considerada un delito. Sea quien sea el autor de los
hechos denunciados.
Y por otra parte ¿qué es eso de un delito
CONTRA LA CORONA? Yo, personalmente, demócrata, progresista y republicano hasta
la médula, no reconozco corona alguna. Ni española ni de ningún otro confín del
mundo. En un Estado moderno, democrático y de derecho, todos los ciudadanos
debemos tener los mismos derechos y ser iguales ante la ley. Sin privilegios de
ninguna clase, como por otra parte santifica la muy mejorable constitución del
78. En España ya ha habido movimientos políticos y sociales para erradicar de
nuestro ordenamiento jurídico estos anómalos y extemporáneos delitos contra la
corona. Pero de momento siguen ahí esperando el momento propicio para
defenestrarlos. Por cierto ¿Por qué no existen en nuestras leyes delitos
similares contra la presidencia del Gobierno, contra el ministerio de industria
o contra el defensor del pueblo, por referirme solo a algunas de nuestras muy
numerosas instituciones democráticas? Todas las personas que representan
al pueblo soberano (bien es verdad que el rey actual solo representa al
dictador Franco, que fue quien lo puso en la jefatura del Estado con arreglo a
su particular derecho testicular) pueden (y deben) ser objeto de crítica por
parte de los ciudadanos (que no súbditos). Así que dejémonos, de una vez, de
delitos “contra la corona”, señor magistrado. Por cierto, y perdone por la
pequeña insolencia de la pregunta: ¿El señor Urdangarín, forma parte o no de la
corona española contra la que yo, presuntamente, he delinquido? Porque, vamos,
tendría bemoles la cosa…
OCTAVA.- Y ya para
terminar este largo escrito, señor magistrado-juez del JUCINAN 002, me permito
significarle que así como su señoría, debido a su cargo, ostenta ese
preeminente tratamiento de VS, el coronel, escritor e historiador que suscribe,
debido fundamentalmente a su empleo en el Ejército español y a las múltiples
condecoraciones que posee, algunas de ellas con categoría de gran cruz o placa,
tiene también derecho al tratamiento de VE (excelentísimo señor), circunstancia
ésta que le refiero sin un ápice de personal vanidad, muy dormida después de
más de cincuenta años de luchar en este mundo cruel, pero con toda mi
determinación de que sea respetado. Y mucho más después de la clamorosa falta
de respeto por su parte al enviarme una cédula de citación que no es de recibo,
propia más bien de Somalia o de cualquier otro país tercermundista.
Y es que ese tratamiento y el empleo de coronel del Ejército español que
poseo, señor magistrado, no llegaron a mí a través de una rifa. Ya en
1958 y con un poco más de 20 años de edad (cuando su señoría, con todos los
respetos, seguramente se meaba todavía en sus pantalones) tuve que jugarme
decenas de veces la vida luchando por defender este país de las huestes de
Hassan II, que habían invadido la “provincia española” de Ifni, realizando
misiones cuasi suicidas tras las líneas enemigas al frente de un puñado de
soldados voluntarios de elite. Sin vanidad alguna, debo decírselo de nuevo, fui
propuesto para la medalla al mérito militar y en mi hoja de servicios se
reconoció mi valor en acción de guerra.
Después, y a lo largo de casi
cuarenta años, seguí arrostrando los claros peligros de mi profesión, tanto en
unidades paracaidistas como en las nómadas del desierto del Sahara. He
estudiado años y años sin parar estando en posesión de tres diplomas de Estado
Mayor (uno de ellos extranjero) y de prácticamente todos los diplomas de
especialización de mi Ejército. Y, buscando siempre “los puestos de mayor
riesgo y fatiga” como recomiendan los reglamentos militares españoles, hasta
pedí dos veces ir voluntario al país vasco (cuando muy pocos compañeros lo
hacían) donde, vestido con el uniforme de coronel, en un coche negro sin
blindar y con matrícula ET, sin escoltas de ninguna clase (esas escoltas que
sus señorías de los altos tribunales de justicia reclaman ahora con insistencia
a un Gobierno cicatero que amenaza con quitárselas) tuve que atravesar
centenares de veces las peligrosas calles de las ciudades vascas a solas con mi
entrepierna y con un pequeño revólver en la mano derecha, bajo mi portafolios,
listo para escupir plomo.
Así durante años, sin quejarme lo
más mínimo (mi profesión no me lo permitía) no sabiendo nunca, cuando cada
mañana cogía el vehículo, si regresaría a mi despacho en el mismo o en otro,
negro también, pero con una corona en el cristal trasero. Como le ocurriría finalmente
a otro compañero mío, el único con categoría de coronel destinado en la misma
ciudad que yo que, curiosamente, se desplazaba siempre de paisano y en coche
camuflado y que murió ametrallado en un semáforo.
Años después, por luchar por unas Fuerzas
Armadas más modernas y profesionales, los generales franquistas ¡ojo, de 1990!
me señalaron la puerta de la que había sido mi carrera (después de cinco meses
en una prisión militar) y tuve que reciclarme a escritor e historiador.
Así que figúrese, señor magistrado,
y por eso le he contado una parte sustantiva de mi vida profesional, la
preocupación o la angustia vital (la palabra “miedo” no la puede ni siquiera
nombrar un militar, como les ocurre a ustedes los jueces con la de
“prevaricación”) que ha podido generar en mi alma de soldado su cutre cédula de
citación para que acuda a su Juzgado a declarar por un presunto delito contra
la corona. Es que desde ese fatídico día vivo sin vivir en mí o, como diría el
señor Rajoy, envuelto permanentemente en un lío emocional. Pero no se
preocupe, señoría, que voy a ir. Sí, sí, voy a ir (si hay que ir se va…según el
humorista Mota) pero no para perder ni un solo segundo de mi tiempo hablando de
ese presunto delito que al parecer he cometido contra la panda sociofamiliar
que habita en La Zarzuela sino para hablar, si VS quiere, de los presuntos
delitos del rey Juan Carlos que es, en definitiva, el presunto delincuente y no
yo. Para lo cual, obviamente, tendrá VS que leerse y estudiarse (si no es
imposible que nos entendamos) todos los libros, artículos y documentos que he
parido (con perdón) durante los últimos veinte años.
Y
nada más, señor magistrado-juez del JUCINAN 002. En anexo aparte le señalo los
libros y documentos que es preciso se lea previamente para la buena marcha de
la futura entrevista así como los documentos de diferentes instituciones del
Estado que ese Juzgado debería interesar de los organismos competentes para la
buena marcha de las diligencias previas que acaba de emprender, instadas
todavía no sé por quien. También le relaciono la lista de personas que, a mi
juicio, deberían aportar testimonio en calidad de testigos.
Firmo el
presente documento en Alcalá de Henares a 9 de abril de 2012
ANEXO
Libros y documentos del autor del presente escrito
Libros:
- La transición vigilada (Temas de Hoy
1994)
- El golpe que nunca existió (Foca
2001)
- Juan Carlos I el último Borbón
(Styria 2008)
- La Conspiración de Mayo (Styria
2009)
Informes
al Congreso, al Gobierno y a otras instituciones del Estado:
- Informe al Congreso sobre
responsabilidad del rey en el 23-F (23 de septiembre de 2005)
- Informe al Gobierno, al Senado y a
otras instituciones (25 de enero
de 2006)
- Informe al Congreso sobre el 23-F
(12 de febrero de 2007)
- Informe al Congreso presuntos
delitos del rey (4 de abril de 2008)
-
Informe al
Congreso presuntos delitos del rey (8 de octubre de 2008)
- Informe al Congreso presuntos
delitos del rey (13 de diciembre de 2011)
- Informe a la Fiscalía General de
Portugal para investigar homicidio imprudente o presunto asesinato rey de
España.
Artículos y escritos sobre el rey y sus presuntos delitos:
Más de cien trabajos publicados en
la prensa escrita y digital durante los últimos veinte años, en iguales o
parecidos términos al “¡Por qué te callas” de diciembre de 2011 y que pueden
ser descargados, de forma totalmente libre, de numerosas páginas web y
periódicos de la red.
Documentos a interesar de entes,
instituciones u organismos del Estado
Del ministerio de Defensa:
- “Panorámica de las
operaciones en marcha” (CESID, 1980) relativa a los golpes de Estado en
preparación en otoño de 1980.
- “Estado actual y
perspectivas de la lucha antiterrorista” (CESID, julio de 1979) proponiendo al
Gobierno de Adolfo Suárez la apertura de una guerra sucia contra ETA. Propuesta
rechazada por el Gobierno.
- “Acta
fundacional de los GAL” (CESID 1983) proponiendo otra vez la apertura de una
guerra sucia contra ETA. Definitivamente fue autorizada.
- Documentos
audiovisuales sobre las salidas extramaritales del rey de España (DIEME,
División de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército, años 1984- 1996)
- Documentos sobre la
entrega del Sahara español a Marruecos y Mauritania (DOPEME, División de Operaciones
del Estado Mayor del Ejército, año 1975 y posteriores).
- Documentos y
archivos sonoros grabados en la tarde/noche del 23-F relativos a conversaciones
del rey con diversas autoridades del Cuartel General del Ejército y Capitanías
Generales.
- Grabaciones y documentos
relativos al 23-F de las Capitanías Generales de Aragón, Valencia, Sevilla,
Burgos, Valladolid, La Coruña, Madrid y Baleares.
- Documentos de la
Sección de Inteligencia de la Brigada DOT V (Zaragoza) relativos a la
conspiración castrense lista para estallar el 2 de mayo de 1981 (Conspiración
de Mayo).
- Cartilla de tiro de la AGM
(Academia General Militar) de Zaragoza, correspondiente a los años 1955 y 1956
a nombre del caballero cadete Don Juan Carlos de Borbón y Borbón.
Del ministerio de Asuntos
Exteriores:
- Escrito del embajador alemán en
Madrid a su Gobierno, en febrero de 1981, en el que relata una conversación
privada con el monarca español, que acaba de ser desclasificado por el
Ejecutivo germano y que ha sido incluido en las “Actas de Historia
Contemporánea” de ese país.
De particulares:
- Libro “El negocio de la libertad” del periodista
Jesús Cacho (editorial Foca)
- Vídeo “Juan Carlos I: 30 años a cuerpo de rey
(Canarias-Semanal)
Personas que se propone
evacuen testimonio en el JUCINAN 002” en las diligencias abiertas por el
artículo periodístico “¿Por qué te callas?”
-
Bárbara Rey (María García García), actriz,
vedette y presentadora.
- Antonio Tejero Molina (ex teniente coronel de la Guardia
Civil)
- Alfonso Armada y Comyn (ex general de División del
Ejército de Tierra español)
- Jesús Cacho (periodista)
- José María Ruiz Mateos (empresario)
- Mario Conde (ex banquero, político, escritor y
periodista)
Nota del autor: la relación de personas, libros,
documentos, artículos y escritos relacionados en el presente anexo en ningún
caso puede considerarse exhaustiva y excluyente ya que podría aumentarse
substancialmente en el Juzgado dentro de las diligencias previas
abiertas.
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