Llamamiento a todos los republicanos
Se me puede acusar de oportunista, pero aún a riesgo
de ello quiero hacer un llamamiento a todos los republicanos españoles, pues
están poco reconocidos, no salen a la luz como sería deseable y quizá no vean
la posibilidad de que los valores republicanos se tengan en cuenta en España.
Además no
tengo la relevancia suficiente como para que mi “llamamiento” cause eco alguno,
pero aún así lo hago: aunque sea por un sentimiento romántico, pero también por
un compromiso ético y político que no creo vaya a abandonar nunca.
El Partido
Socialista no debiera dejar el discurso republicano exclusivamente a otros
partidos de izquierda; debiera (sin faltar a la lealtad constitucional) decir
que la tradición del socialismo es republicana, que las dos repúblicas
españolas fueron democráticas aunque poco eficaces para resolver los graves
problemas que tenía España; que sobre todo en la II República los gobernantes y
la ciudadanía demócrata se encontraron con una enconada oposición que no tuvo
inconveniente en recurrir a las armas para acabar con toda libertad en nuestro
país. La patronal, los banqueros, los financieros, los fascistas, muchos
militares con poca formación y mucha bravuconería, algunos sectores de la clase
media, la Iglesia católica (con algunas excepciones entre el clero bajo)
estuvieron en contra de la II República. Pero no hicieron una oposición
democrática, sino una oposición antipatriótica y vil.
Durante la
Revolución Francesa ser republicano era sinónimo de patriota; mientras que el
partidario de la monarquía era visto como alguien que estaba dispuesto a
transigir con formas antiguas de despotismo y absolutismo. Fue la I República
francesa la que llevó a cabo las reformas más democráticas en el vecino país;
fue la II República francesa la que intentó avanzar hacia formas de
participación obrera en el gobierno del Estado; fue la III Republica francesa
la que modernizó Francia, aunque incurriese en los vicios de la época: el
imperislismo y el armamentismo. En Italia, tras la segunda guerra mundial, se
sometió a reféndum la forma de Estado: y la población votó mayoritariamente a
favor de la república. En Portugal la dictadura salazarista no propició la
vuelta a la monarquía, seguramente porque Salazar no estaba embrutecido como el
general Franco y sabía que la forma republicana era más racional y moderna.
Ser
republicano -creo yo- es ser radicalmente democrático, es querer que el Jefe
del Estado sea un ciudadano elegido y no el miembro de una familia que
arbitrariamente se reproduce en aquella alta magistratura sin racionalidad
alguna. Es cierto que nuestra Constitución estableció en su día la forma de
Estado monárquica (no estaban los tiempos para otra cosa, como luego se
demostró), pero se puede ser leal a la Constitución y agrupar a los
republicanos, intercambiar nuestros pensamientos, nuestras inquietudes y
nuestros ideales. Ningún régimen es eterno, y una conciencia republicana entre
los trabajadores, entre los intelectuales, entre los estudiantes, entre los
sectores progresistas de la sociedad es necesaria. Más necesaria que nunca,
diría yo.
L. de Guereñu Polán
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