A pesar de que los recortes de los
gobiernos de derechas han dejado sin trabajo a más de 53.000 trabajadores de la
sanidad pública, esta sigue teniendo hoy, y gracias a sus profesionales un alto
nivel de prestaciones especialmente con respecto a las enfermedades graves,
aunque ya intentan privatizar, también en estos casos, algunos servicios como
radiología y los laboratorios clínicos. Frente a todas estas agresiones el
sector sanitario y parte de la sociedad, especialmente los usuarios, han
efectuado numerosas movilizaciones.
He tenido ocasión de vivirlo en primera
persona. A mediados de agosto a mi compañera le diagnosticaron un cáncer en el
pecho. Todo el sistema sanitario funcionó como un reloj. De entrada en el
ambulatorio, donde acudió para consultar un bulto que le había salido, ya le
hicieron de forma inmediata una ecografía y una biopsia y la remitieron de
inmediato, el mismo día, a hacer el análisis de la biopsia y una visita a la
Unidad de Patología Mamaria del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.
En esta Unidad que es un Centro de
Referencia para estas enfermedades, ya la estaban esperando y pasó al
especialista médico, el cual le hizo realizar al momento una mamografía y nos
citó para el día siguiente por la mañana. A la vez desde la Gestión de Casos,
nos planificaron en los diez días siguientes una serie de pruebas para ver
tanto la peligrosidad de la enfermedad, como para preparar un posible
preoperatorio. Analíticas, pruebas de corazón, Tacs, Resonancias magnéticas,
Ecografías de axila, punciones, etc. Todo perfectamente pautado y acompañado de
una atención humana de primera calidad.
Una vez obtenidas todas las pruebas el
médico especialista, hizo repetir una ecografía y punción en la axila y ya nos
adelantó el diagnóstico: se trataba de un cáncer importante de carácter
hormonal y nos dejó claras de entrada dos cosas: la primera que habría que
hacer una mastectomía, y la segunda que el proceso saldría bien. Después nos
informó que el Comité Médico ya se había reunido y tratado el caso y que había
decidido en este caso concreto comenzar por un tratamiento con quimioterapia,
que después continuaría con la mastectomía y aplicación de radioterapia.
A continuación nos concertó ya visita con
el Oncólogo, a la vez que se encargaban las pruebas de Medicina Nuclear, de
corazón y huesos, previas al tratamiento de quimioterapia. Y ahora ya estamos
afrontando todo el proceso. Hay que remarcar que todo este proceso se ha
realizado en tan sólo quince días.
Creo preciso remarcar de nuevo que toda la
experiencia, que es muy dura para cualquier persona, te la hace mucho más
asumible el hecho de encontrar unos equipos profesionales preparados y
estructurados con unos protocolos claros y rápidos. Y también el hecho de
encontrar en los profesionales sanitarios un trato y un acompañamiento lleno de
humanidad que es sumamente importante tanto para el paciente como para los
familiares cercanos que se enfrentan a un tema grave y para el que hasta ese
momento no se encontraban preparados para afrontar.
Esta actuación que, aún ahora y a pesar
del importante coste en recursos humanos y técnicos que está sufriendo nuestra
sanidad pública por los recortes, encontramos los ciudadanos es uno de los
principales beneficios que tiene la sociedad de nuestro país. Esta situación,
que se hace más evidente cuando te conviertes desgraciadamente en usuario de
los servicios, hace que se precise que defendemos con todas las fuerzas una de
las principales conquistas de nuestra sociedad.
El derecho a una sanidad pública y de calidad,
como el derecho a una educación pública y de calidad, y el derechos a un
servicios sociales y de dependencia públicos, son como otras conquistas como
las pensiones públicas, etc. Son algo que la sociedad debe defender con
"uñas y dientes" frente a aquellos que, como la derecha política del
PP y CiU y los intereses económicos privados que defienden, pretenden hacer
negocio con las necesidades y en su caso el sufrimiento de la ciudadanía.
En este sentido hay que recordar a Aneurin
Bevan, político laborista británico, hijo de un minero de carbón, que como
ministro de Salud, encabezó la creación del Servicio Nacional de Salud
Británico, ejemplo y precursor de la sanidad pública en todo el continente. Y
hay también recordar como el gobierno de Margaret Thatcher, dañó, privatizando
y reduciéndola, aquella joya de la corona.
Fuente: www.nuevatribuna.es

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