José Enrique Centén Martín
20 de junio de 2015
Soy de
PODEMOS, he contado chistes de monjas, guardia civiles, gitanos, curas,
mariquitas, gangosos, ciegos, putas, policías, negros, del ministro de hacienda
en junio de cada año, de jueces, fiscales, de los sionistas, de distintos
ministros, de los borbones actuales, de sus hermanas y cuñados, de los Papas,
de tetas, de diputados imputados (perdón investigados), de secretarios de
Estado, de gobernadores civiles, delegados provinciales, presidentes de
gobierno.
También
me acuso de haberme llevado alguna vez bolígrafos y cuadernos de mi empresa, he
hecho fotocopias particulares. Tengo mi casa hipotecada hasta el 2022, el saldo
a día de hoy en el Santander es de 262€ hasta el 30 que cobre (comparado con
otros soy un privilegiado). No tengo tarjeta de esas que gasta Rato, Blesa y
compañía, no soy ninguno de los 750 de la amnistía fiscal, no tengo dinero en
Suiza, Gibraltar, Andorra y otros lugares que ni en el mapa encuentro, no soy
funcionario designado por un dedo político, ni asesor, ni consejero. Soy
partidario de las libertades individuales, incluso del aborto, también de una
sociedad igualitaria, no confundir con comunista, como creerá más de uno, no
porque no sea un ideal, sino que es muy difícil de conseguir, hasta ahora siempre
han aparecidos dirigentes sin escrúpulos, o el súmmum de toda sociedad, la
anarquista, la gran utopía, paso siguiente de la comunista con su lema “ni
Dios, ni Patria, ni rey”, que suena muy bien.
Ya no
solo pretenden acabar con la libertad de expresión, también con nuestra
idiosincrasia, porque somos capaces de reírnos de nosotros y de los demás.
Quieren que seamos pobres por los recortes, semi-esclavos por la reforma
laboral y un pueblo de abúlicos y tristes.
Porque
si a Zapata le investigan por apología del terrorismo e incitar al odio por
unos chistes de hace años, y con petición de condena, yo, como
reincidente desde mi más tierna pubertad y según criterio de un
miembro supernumerario del Opus Dei, secta católica que entre otras lindezas
amenaza a los miembros que intentan abandonar o los llevan a psiquiatras o
psicólogos pertenecientes a la Obra, este ministro digno representante de la
moderna Inquisición no sé cómo actuará contra mí y lo que me pueda caer según
su criterio, y si además se entera que una persona me calificó de seguidor de
Pol Pot, por lo tanto de genocida, ya sería el no va más, espero que no actúe
el Inquisidor por este motivo, aunque no me extrañaría, pero estoy tranquilo la
hoguera no está en el Código Penal, por ahora. El cariz que está tomando los
chistes allende a nuestras fronteras, es tal, que desde el país oficial del
sionismo (EE UU) pretenden acusar a Zapata de genocida poco más o menos. Sin
olvidarnos de los políticos, perdón, hipócritas del nuestro, capaces de pedir la
dimisión de Zapata, y callar ante las declaraciones sobre nuestra Memoria
Histórica tildándola poco menos que de un negocio.
Yo al
contrario de lo que dice Mayoral, creo que esta maniobra tiene pinta, en
diferido, de un nuevo “tamayazo” con su “quinta columna” para acabar con el
gobierno de Carmena, según se desprende por la actitud de su hipotético aliado
hoy, el apellidado como a ella pero con o.
¡Y pensar que siempre me ha parecido un hombre honesto
políticamente!, todos nos equivocamos, no él, sino yo.
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