José Enrique Centén Martín
18 de junio de 2015
Tras
la primera de las votaciones de este año solo queda por realizar un análisis
general desde el punto de vista del votante, tarea difícil, los partidos lo han
hecho dado el presumible éxito o fracaso de sus resultados, pero ¿y la del
causante de ese resultado?, todos hemos banalizado sobre ello, bien como voto
de castigo o como el triunfo de la realidad, frases lejanas una de la otra, la
mejor definición sería: el fin de la urna orinal, esto es, llenar
y vaciar el contenido como un desecho. Práctica de ciertos partidos políticos
por el uso de su mayoría para gobernar, unos en interés particular en lugar del
bien común, que les ha supuesto el desgaste de las siglas, otros por la
contradicción y abandono de sus siglas con la realidad, al haberlas desposeído
de su significado primigenio, otros al solo prestar atención y estancamiento en
postulados dogmáticos e intransigentes por trasnochados, otros por los bandazos
en un sentido y otro desde que llegaron a las instituciones, otros que se
mueven según el ego de sus dirigentes, no representando a su partido, sino así
mismo. Postura de todos ellos en su definición del “soy” y la utilización del
solipsismo al igual que lo usaba Wittgenstein (1889-1951)1,
una perspectiva ilimitada sobre su mundo, siendo la utilización de este campo
visual, fuente y límite. Por ello recomendaba realizar un análisis dejando de
pensar, observando la complicada red de parecidos que se superponen y
entrecruzan, porque al ver las imágenes pensamos que casi todas tienen las
raíces podridas, por lo tanto, es mejor describir lo que vemos sin imponer
nada, dado que al pensar en ellas pensamos en cómo tienen que ser.
Creo
que la mejor forma de ser objetivo, es tomar postura desde el subjetivismo
ciudadano sobre el bien común y no caer en el campo visual de los partidos
políticos actuales.
Ahora analicemos las
elecciones según Wittgenstein, se habla de dos partidos emergentes erróneamente
cuando uno viene con los mismos postulados de otro y lleva años siendo su
apéndice en una Comunidad determinada, ahora lo es en el resto del territorio
nacional, hablan de su gran éxito, falso nuevamente, no ha conseguido la
victoria en ningún lugar, es esa minoría en casi todo el territorio nacional
que da la posibilidad justa de hacer gobernar a uno u otro partido de los
llamados mayoritarios, al utilizar su “soy” y el solipsismo. Emergente es ese
otro que desde cero y presentándose solo en determinadas circunscripciones
aunando el descontento social sometido por los gobernantes y recogiendo el
arrogante desafío que sobre el 15M pronunciaron entonces, tanto Aguirre como
Cospedal pidiendo "a los
antisistema" o a los movimientos sociales: "que se presenten a las
elecciones".
De
aquel ágora que fue la Puerta del Sol de Madrid surgieron diferentes portavoces
que les tomaron la palabra, y a la primera ocasión
el resultado ha sido, ser el segundo partido más votado en diferentes
circunscripciones, eso es emerger. Uno de esos líderes, ahora portavoz nacional
de la indignación por los derechos sociales arrebatados, expone, igual que
entonces hizo un orador en el ágora ateniense según Diógenes 2,
algo relativo a que es ilegítimo el concepto de
“puertas giratorias”, esto es, pasar repetidamente de la administración pública
a los grandes negocios privados, vaciar el erario público y hacer tráfico de
influencias. Mal enquistado en el parlamentarismo español, que para atajarlo de
alguna forma la solución podría ser, limitar el ejercicio político a dos
legislaturas máximo, evitando convertirse en casta la perpetuidad en él,
al ser esta, en gran medida, responsable de las desigualdades y el
abandono del interés de los políticos hacia la ciudadanía. Junto a otras muchas
reivindicaciones este es uno de los principales discursos del ágora del 15M,
lograr que la utilización de las urnas sirva para lo que es su cometido,
cumplir lo reflejado por las papeletas como deseo ciudadano, acabando con el
concepto de urna orinal.
1.- La consciencia
del límite, Carla Carmona, Edit. Bonalletra Alcompás, 2015 pp. 73,74
2.- Estoicos,
epicúreos. Cínicos y escépticos, J.A. Cardona, Edit. Bonalletra Alcompás,
2015 página 24
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