Benestar paga
a las empresas concesionarias aunque los centros no funcionen
Dos compañías
cobraron por instalaciones sin uso 200.000 euros
Sonia Vizoso Santiago de
Compostela 15 NOV 2014 - 20:13 CET3
·
Residencia de ancianos
vacía en Pereiro de Aguiar. / NACHO GÓMEZ
Galicia, uno de los
territorios más envejecidos del mundo, mantiene vacías y abandonadas una decena
de residencias para mayores, algunas perfectamente equipadas. Los edificios
fantasma, emplazados en áreas rurales que alcanzan un 40% de población de más
de 70 años, estaban destinados a acoger centros de día y hogares residenciales
para la tercera edad, pero en algún caso se usan ahora como marco de actos
políticos. La cantidad de dinero público que se ha enterrado bajo sus cimientos
supera los 6,5 millones de euros, teniendo en cuenta solo los costes
presupuestados para su construcción. Aparte habría que contar la inversión en
equipos y mobiliario y los pagos que la Xunta ha hecho a empresas privadas
elegidas para gestionarlos en compensación por la falta de usuarios.
Por mantener plazas
vacías, las empresas Troncoso Servicios Sanitarios —dirigida por un excargo
sanitario de la Xunta de Manuel Fraga— y Cogami —que acaba de anunciar el
despido de 95 trabajadores discapacitados— han percibido desde 2012 y hasta
septiembre del Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar,
dependiente de la Consellería de Benestar, 114.000 y 84.000 euros
respectivamente, según los datos aportados por el departamento que dirige
Beatriz Mato. Estos pagos los ingresaron las compañías como adjudicatarias de
tres centros de día que nunca han funcionado (Troncoso por los de Manzaneda y
Maceda, listos pero vacíos por desacuerdos entre la Xunta y los Ayuntamientos;
y Cogami por el de Cuntis, que se hizo en una parcela que no tiene servicios),
basándose en una cláusula introducida por el Gobierno del PP en los contratos de
adjudicación. Benestar asegura que ha llegado a un acuerdo con estas dos firmas
para que ya no sigan cobrando por gestionar instalaciones que están cerradas
pese a que así conste en el contrato que firmaron en 2011. Y añade la
consellería que se está planteando eliminar esa cláusula en licitaciones
venideras.
Los proyectos de la
decena de centros de día y residenciales inutilizados, levantados en municipios
de las provincias de A Coruña (Cariño y Curtis), Pontevedra (Cuntis) y, sobre
todo, Ourense (Maceda, Manzaneda, Nogueira de Ramuín, Oímbra y Pereiro de
Aguiar), empezaron a gestarse junto a otra treintena de recintos para mayores
en tiempos del gobierno bipartito del PSOE y el BNG, cuando el nacionalista
Anxo Quintana era vicepresidente de Igualdade e Benestar, y con la
participación de los Ayuntamientos. En 2009, tras ganar las elecciones
gallegas, el Gobierno del PP decidió mantener la construcción de las
instalaciones de su competencia pero optó por darle un frenazo brusco a su
puesta en marcha y privatizar su gestión.
En los concursos de
licitación, Benestar incluyó además esa cláusula en la que le garantiza a las
adjudicatarias ingresos aunque no consigan residentes para la mayoría de las
plazas. La Administración se comprometió a abonar a la empresa el 75% del coste
de los puestos vacíos hasta completar un mínimo de un 70% de ocupación del lote
de centros que recibiera en el concurso.
Esa cláusula no solo ha
permitido a las adjudicatarias cobrar por centros que están cerrados, sino que,
en el caso de recintos que sí están en funcionamiento, el consorcio de
servicios sociales de la Xunta pagó a las empresas por el tiempo transcurrido
entre la firma del contrato (realizada a finales de 2011) y la llegada de los
primeros usuarios. Esa demora en poner en marcha los centros para la tercera
edad llegó a prolongarse hasta casi tres años. Es el caso del centro de día de
Esteiro, en Ferrol, adjudicado a Fesán, que sufrió, según explica la
Consellería de Benestar, problemas con las acometidas.
El recinto de Valadares,
en Vigo, se otorgó a Cogami más de dos años antes de que se empezase a atender
a los mayores, debido también a incidencias con las acometidas y con la
licencia municipal, señala la consellería. La residencia de la tercera edad del
municipio coruñés de A Laracha, en manos de Siad 24, estuvo también vacía más
de dos años por un “defecto de ejecución”. Una portavoz oficial de Benestar
señala que las cantidades abonadas a las empresas concesionarias durante este
tiempo en el que no funcionaron las instalaciones que les fueron adjudicadas
son difíciles de calcular. Fuentes de la Xunta, sin embargo, las cifran en casi
un millón de euros desde 2012.
De los recintos para
mayores que se pagaron en Galicia con dinero público y que siguen sin
utilizarse para ese fin, el más costoso fue el centro de día y residencial del
municipio ourensano de Nogueira de Ramuín, presupuestado en 1,6 millones, que
el Ayuntamiento emplea a medio gas para exposiciones y cursos. En Pereiro de
Aguiar, un recinto similar en el que se invirtió un millón de euros de dinero
público llegó a inaugurarse en enero de 2013 bajo la gestión de la empresa
local Grucedi, SL, pero el gobierno local lo cerró solo diez meses después.
El alcalde de Pereiro,
el popular Eliseo Fernández, alegó entonces que las 40 plazas ofertadas no
tenían demanda en el municipio porque “con la crisis y la falta de empleo la
gente aguanta con los mayores en casa”. Grucedi cobraba a las familias 440
euros al mes por jornada completa (media jornada, 271 euros), a lo que había
que añadir 104 euros por la comida, 44 por el desayuno y la merienda, además de
175 por el transporte adaptado, según las tarifas que hizo públicas el PSOE en
su momento.
El centro de día del
municipio coruñés de Cariño está listo desde el verano de 2008. El anterior
gobierno local, en manos del PP, decidió completarlo añadiéndole una
residencia, una actuación que iba a ser financiada por el bipartito. Pero con
la llegada de los populares a la Xunta en 2009 esos fondos se esfumaron y, con
la obra a medio hacer, es imposible abrir el centro de día autónomamente. La
actual alcaldesa, la nacionalista Puri Seixido, ha logrado finalmente que los
trabajos necesarios para la apertura parcial del complejo se puedan rematar el
año que viene con algo más de 200.000 euros de fondos municipales. El centro de
día abrirá, pero la residencia seguirá sin ser terminada.
Los centros de día de
las localidades ourensanas de Maceda y Manzaneda, dependientes de Benestar,
están listos y cerrados por desacuerdos entre la Xunta y los gobiernos locales.
El alcalde de Manzaneda, el nacionalista David Rodríguez, rechaza que sea
gestionado por una empresa privada y propone a la Administración autonómica una
gestión pública conjunta con el geriátrico municipal que ya funciona justo al lado.
Mientras desde Benestar señalan que los centros de día tienen poca demanda en
las zonas más rurales y que son preferibles los servicios a domicilio, el
regidor de Manzaneda pone en duda esta afirmación: “Demanda siempre la va a
haber, no la hay si están cerrados
Fuente: www.elpais.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario