09 de julio de 2014
Vicenç Navarro
Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
Existe
bastante confusión, resultado de una sorprendente falta de conocimiento
histórico en la enseñanza española, de las diferencias existentes entre las
escuelas económicas basadas en la interpretación del capitalismo de Karl Marx y
las que se originan con John Maynard Keynes. Cuando, por ejemplo, se habla de
que la crisis actual se debe a la falta de demanda, inmediatamente se atribuye
esta observación a una visión keynesiana de la economía, cuando en realidad fue
Karl Marx el que habló de la crisis del capitalismo como resultado de la
descendente demanda, consecuencia de la bajada de los salarios de la mayoría de
la población, perteneciente a la clase trabajadora. Fue Karl Marx el que claramente
vio lo que ahora ha descrito y documentado Thomas Piketty en su libro sobre la
evolución del capital en el siglo XXI, Capital in the Twenty-First Century.
En El Capital, Karl Marx indicaba que la lógica del sistema capitalista
lleva a una concentración del capital a costa de una “inmiseración” de la clase
trabajadora, lo cual, añadía Karl Marx, creaba un enorme problema de demanda.
Esta postura queda resumida en su frase de que “La causa final de toda
crisis es siempre la pobreza y el limitado consumo de las masas”. Uno de
los economistas que mejor predijo la crisis actual, Nouriel Roubini, así lo
indicó en su entrevista en el Wall Street Journal: “Karl Marx llevaba
razón. El capitalismo puede destruirse a sí mismo, pues no puedes tener una
constante absorción de las rentas del trabajo por parte de las del capital, sin
crear un exceso de capacidad y una falta de demanda. Y esto es lo que está
ocurriendo… el salario del trabajador es el motor del consumo”. No es pues,
John Maynard Keynes, sino Karl Marx, el que indicó que el empobrecimiento de la
población supone un grave problema para el capitalismo: la escasa demanda. John
Maynard Keynes habló también, más tarde, de la escasez de la demanda, pero poco
de la concentración del capital. Y todavía menos de la relación entre esta
concentración y el empobrecimiento de la población trabajadora. Esta era una de
las grandes diferencias entre Karl Marx y John Maynard Keynes.
Otra
gran diferencia entre Karl Marx y John Maynard Keynes, además del entendimiento
de la crisis bajo el capitalismo (siendo el análisis de Karl Marx más completo
que el de John Maynard Keynes), es en la solución a la crisis. Karl Marx creía
que la solución a la crisis era una solución sistémica, que requería el cambio
de la propiedad del capital, pasando de ser propiedad del capitalista a ser
propiedad de los trabajadores (definidos como un colectivo que crea y produce
el capital). Este cambio de propiedad era descrito esquemáticamente en el Manifiesto
Comunista (el libro más vendido en la historia de la humanidad), que
establecía una serie de principios, excesivamente simplificados, aunque
presentados con una narrativa movilizadora. Pero (y es un enorme “pero”), Karl
Marx no detalló cómo realizar dicha transición en el sistema de propiedad. Ni
tampoco mostró qué políticas debían realizarse para trascender el capitalismo.
John
Maynard Keynes, por el contrario, nunca se planteó la sustitución del
capitalismo por otro sistema. Creía que el problema de la demanda podía
resolverse con el intervencionismo del Estado, con un aumento, por ejemplo, del
gasto y la financiación públicos, es decir –tal como indicó- “el gobierno y
los bancos centrales pueden resolver el problema de la escasa demanda, bien
directamente, con un aumento del gasto público, bien indirectamente, a través
de la financiación de inversiones en programas de infraestructura”. Y la
experiencia ha mostrado que el problema de la demanda podría resolverse, como
se vio en la manera como se salió de la Gran Depresión (y también en la manera como
no se está saliendo de la Gran Recesión actual, con sus absurdas políticas de
austeridad). Ahora bien, aun cuando Karl Marx subestimó la capacidad de
resistencia del capitalismo, el hecho es que todos los casos de salidas de las
crisis han requerido una redistribución del capital hacia el mundo del trabajo,
revirtiendo la redistribución (que Karl Marx llamó, con razón, “explotación”)
del mundo del trabajo por parte del capital, que creó esas crisis. (Ver mi
artículo “La explotación social como principal causa del crecimiento de las
desigualdades”. Público. 01.05.14)
La
mejor y más eficaz forma de estímulo de la demanda es precisamente el
enriquecimiento (en lugar del empobrecimiento) de las masas (como diría Karl
Marx) a costa de los intereses del capital, excesivamente concentrado hoy en
día. Y el que mejor ha analizado este hecho ha sido Michal Kalecki, un
economista polaco que claramente se merecía el Premio Nobel de Economía pero
que ni siquiera fue considerado para ello por vérsele demasiado “rojo”. Pero
hoy, y tal como ha reconocido Paul Krugman (el keynesiano más conocido hoy en
el mundo) fue Michal Kalecki y no John Maynard Keynes el que mejor explicó las
crisis del capitalismo, detrás de las cuales el conflicto Capital-Trabajo juega
un papel fundamental. (Ver mi artículo “Capital-Trabajo: el origen de la crisis
actual”, Le Monde Diplomatique, Julio 2013.
Estas diferencias son claves para
entender lo que está ocurriendo en el capitalismo y por qué. Karl Marx explicó
claramente los orígenes de la crisis, causada por el enorme declive de las
rentas del trabajo a causa del enorme crecimiento de las rentas del capital y
su concentración. Subestimó, en cambio, la capacidad de respuesta, como bien
ilustró John Maynard Keynes. Este, sin embargo, no fue consciente del contexto
político, desarrollado por Michal Kalecki , el mayor y mejor analista del
capitalismo.
Fuente: www.publico.es

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