12/07/2014
08:00
Portada
del periódico francés 'Libération' que muestra una foto en la que se puede ver
a la derecha al primer soldado del ejército francés que entró en París para
liberar la ciudad en agosto de 1944.
A. Alvarez
Ciudadana española en Francia
Desde el
pasado 6 de junio, en el país de los franceses se ha comenzado a celebrar el 70
aniversario de todo: desembarco, liberación... Pero se les olvida algo.
El 25 de
Agosto de 1944, el periódico francés Libération publicaba en su portada
la foto del primer soldado de Leclerc que entraba en París. El titular decía
que era americano y no daba su nombre. En Francia se conocen obra y milagros de
cualquier combatiente de última hora que pasaba por allí y no ha transcendido
cómo se llamaba el primer soldado del ejército francés que el 24 de agosto
entró en París para liberar la ciudad. ¿No les parece raro?
Fíjense
bien en la foto de esa portada. Está tomada la noche del 24 en el Ayuntamiento
de París. En el centro, George Bidault, presidente del Consejo Nacional de
Resistencia, y a su derecha nuestro hombre, quien el 26 de agosto abría el
desfile de la Victoria por los Campos Elíseos. Desfile en el que De Gaulle
legitimó su posición frente a los aliados que hasta ese momento se frotaban las
manos esperando "administrar" Francia.
A este
soldado, sus convicciones democráticas le guiaron allí donde reside el poder
civil de la ciudadanía. El Ayuntamiento de París se convirtió en símbolo del
pueblo soberano por cuya defensa estaba dispuesto a morir. La Prefectura
también se había sublevado, pero a esa no la vota el pueblo.
Nuestro
hombre lleva uniforme americano, pertenece al ejército francés, ha luchado con
Leclerc en el norte de África, pasado por Inglaterra, desembarcado en Normandía
y por si fuera poco, se trata de un republicano español. ¿Acaso se le levantó
un monumento al europeo del año? No, Francia se limitó a echarle de la historia
con minúscula, la que se amolda a las necesidades políticas del momento.
Vichy creó
escuela y la "razón de Estado" que todo lo justifica siguió ganando
adeptos en la posguerra. Siempre hay alguien que quiere decidir lo que el
pueblo debe o no debe saber. Necesitamos la verdad si queremos construir
libertades.
Franceses y españoles siempre han estado preparados para saber la
verdad
Los
ciudadanos franceses y españoles, por mucho que sus gobernantes se hayan
empeñado en lo contrario, siempre han estado preparados para conocer la verdad,
cualquier verdad, incluso el nombre de este hombre y el de tantos miles de
republicanos españoles que lucharon y murieron con las Fuerzas de la Francia
Libre. En el ejército, en la resistencia y en la guerrilla. No fueron los
únicos extranjeros, pero sí los más numerosos con diferencia. Ellos continuaban
una guerra contra el fascismo que había empezado en España en el 36. Libertad,
igualdad y fraternidad. Bonitas palabras que no significan nada si no hacemos
justicia a la memoria de los hombres que sí creyeron en ellas y abrazaron la
causa de Francia y de Europa porque era la causa de la libertad.
Qué
inocencia o qué grandeza hacer la guerra por ideales y no por conquistar y
mantener imperios que aseguren la explotación de los recursos del otro. Si el
objetivo hubiera sido acabar con el fascismo, los aliados hubieran entrado en
Madrid junto al ejército de la República española. Europa nos ha recordado, con
la utilización de la crisis dentro de los parámetros de la doctrina del shock
y los resultados electorales del 25-M, que no se acabó con el fascismo, más
bien se le permitió mantenerse en un discreto segundo plano, a la espera de
tiempos mejores.
Setenta
años de silencio son demasiados. El hombre de la foto, el primer soldado aliado
que entró en París, se llamaba Amado Granell. Oficial del Ejército Republicano
Español y voluntario del Ejército de la Francia Libre, llegó al Hotel de Ville
el 24 de agosto de 1944, tras ocho años de lucha contra el fascismo.
Granell no
entró solo, le seguían sus hombres de La Nueve, la legendaria 9ª compañía del
III Batallón de Marcha del Tchad, de la 2ª División Blindada (2ªDB), conocida
como División Leclerc. Aunque había republicanos españoles en todo el ejército
de la Francia Libre, La Nueve era conocida por su nombre en español, idioma
oficial de la compañía. Dirigida por el Capitán Dronne y el Teniente Amado
Granell, estaba compuesta por 160 soldados, de los que 146 eran españoles, ex
combatientes del ejército republicano español. Habían empezado su lucha contra
el fascismo de Hitler, Mussolini, Franco y Salazar en 1936, cuando la mayoría
de ellos no contaba ni 20 años.
Con el
Pacto de Múnich, Europa abandonaba a la República española, pero los
republicanos españoles no abandonaron nunca ni sus ideales ni a Europa. Pagaban
así una deuda de honor contraída con los Brigadistas Internacionales.
Los soldados eran héroes con un fuerte sentido de justicia y
solidaridad
Granell y
Dronne siguieron recorridos distintos y Granell llegó al ayuntamiento a las
21:20 horas después de cruzar el Sena. Hitler había dado la orden de destruir
la ciudad y las Fuerzas del Interior (FFI) no aguantaban más. No había tiempo
para comprobar si el puente estaba o no minado, Granell lo verificó sobre la
marcha. Cruzando solo, al volante de su vehículo en un ejemplo de las muchas
acciones casi suicidas que realizaban estos míticos soldados. Estaban hechos de
otra pasta, héroes forzados por las circunstancias, con un fuerte sentido de justicia
y solidaridad. Granell es el primer oficial del ejército francés que llega al
ayuntamiento y es recibido por el Consejo Nacional de Resistencia que ocupa el
palacio. En ese momento le toman la foto junto a G. Bidault.
Los half-tracks,
vehículos blindados semiorugas de La Nueve, toman posiciones en la plaza del
ayuntamiento y esperan acontecimientos. Llevan en el frente nombres como
Gernika, Madrid, Don Quijote, Guadalajara, Teruel o España cañí. El Capitán
Dronne llega más tarde con los tres tanques de la 501ª llamados Montmirail,
Champaubert y Romilly, que curiosamente sí han pasado a la historia.
Suenan las
campanas de Notre Damme y le siguen las de todo París. La radio entrevista a
esos hombres y al exilio español ya no le cabe duda de que Madrid será la
siguiente.
La Nueve era la compañía de choque de la 2ªDB de Leclerc. Siempre los primeros, siempre adelante, sin retroceder jamás. Desde Normandía hasta Berchtesgaden, el nido de las águilas de Hitler. De los 146 iniciales sólo llegaron 16. El General Leclerc conocía muy bien a estos hombres, por eso les confió París. Eran antimilitaristas e incluso pacifistas, pero estupendos soldados. Su iniciativa e independencia a la hora de hacer la guerra encajaba perfectamente con el espíritu indómito de Leclerc. Como él, no aceptaban órdenes estúpidas, necesitaban entender el objetivo y la razón de las mismas. Y sólo respetaban a los mandos que daban ejemplo en el combate y a los franceses libres de primera hora.
La Nueve era la compañía de choque de la 2ªDB de Leclerc. Siempre los primeros, siempre adelante, sin retroceder jamás. Desde Normandía hasta Berchtesgaden, el nido de las águilas de Hitler. De los 146 iniciales sólo llegaron 16. El General Leclerc conocía muy bien a estos hombres, por eso les confió París. Eran antimilitaristas e incluso pacifistas, pero estupendos soldados. Su iniciativa e independencia a la hora de hacer la guerra encajaba perfectamente con el espíritu indómito de Leclerc. Como él, no aceptaban órdenes estúpidas, necesitaban entender el objetivo y la razón de las mismas. Y sólo respetaban a los mandos que daban ejemplo en el combate y a los franceses libres de primera hora.
Los
republicanos españoles salieron de España perseguidos por el ejército de Franco
en el 39. Fueron internados como indeseables en los vergonzosos campos de
concentración franceses. Al trasladarse la guerra a Europa, se ofrecieron como
voluntarios para luchar bajo bandera española, pero sólo se les dio la opción
de la Legión o la vuelta a España a una muerte segura. Algunos llevaban con
Leclerc desde el principio, habían asistido al juramento de Koufra y
participado en la epopeya del desierto desde el Tchad hasta la Cirenaica. Otros
habían luchado desde Noruega a Bir Hakeim con la Legión. Muchos se unieron en
cuanto pudieron desertar del ejército al servicio de Vichy tras el armisticio.
No faltaban los que iban escapando de los campos de concentración franceses en
el norte de África. Verdaderos centros de exterminio cuyos mandos fueron
juzgados y algunos fusilados.
En la
liberación de París, La Nueve participó en diversos combates y lo hizo junto a
los cuatro mil compañeros españoles del exilio que estaban en la Resistencia y
la guerrilla de la ciudad. La Nueve ocupa la posición de honor durante el
desfile de la Liberación. El día 26, los half-tracks con nombres
españoles y banderas de la República española escoltan a De Gaulle y al Consejo
de las Fuerzas del Interior y reciben la aclamación y el cariño del pueblo
francés. Los españoles ven más cerca el día en que los aliados les ayuden a
entrar y liberar Madrid. Pero los aliados tienen otros planes y mantienen a
Franco.
Granell vivió entregado a liberar a España del fascismo
Amado
Granell sobrevivió a la guerra, recibió la Legión de Honor de manos de Leclerc
y pasó el resto de su vida entregado a la causa de liberar pacíficamente a
España del fascismo. No lo consiguió.
El 25 de
agosto, 70 aniversario de la liberación de París, el presidente Hollande, que dice
que "para que todo cambie no hay que borrar nada", tiene la ocasión
histórica de honrar la memoria de los luchadores por la libertad que parecen
haber sido "borrados" de la historia de Francia. La Europa que
ayudaron a liberar tiene una deuda de honor con los republicanos españoles.
El fin de
semana del 24 de agosto, París tiene que ser una fiesta. Sin subvenciones ni
ayudas se ha creado una asociación que ha organizado charlas, coloquios, teatro
y una manifestación festiva por el recorrido de La Nueve. Estamos todos
invitados.
Más
información sobre actos en París en www.24-aout-1944.org
Fuente: www.publico.es

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