Lee la denuncia de
un niño de 12 años: cree que es un "soborno" de la Iglesia para que
los alumnos cursen su asignatura
NURIA GONZÁLEZ | 22/10/2013
Esta carta
me ha hecho retroceder a 1997 cuando yo tenía su edad, y mi yo de entonces se
ha sentido totalmente identificada con ella. Recuerdo esas horas insufribles
sin nada que hacer, sin nada que aprender, esas horas que no acababan nunca
porque no podías hacer absolutamente nada.
Cuando pasé
del colegio público al instituto público la historia volvió a repetirse, hasta
que finalmente me negué a seguir acudiendo a una clase que simplemente se
basaba en dejar pasar el tiempo y que no tenía ningún tipo de contenido
académico.
Ahora al
leer esta carta me he dado cuenta que no tomé la decisión correcta, debería de
haber luchado porque esa hora de clase que todos los españoles me estaban
pagando tuviese contenido académico, y puede que de haber sido así Lucas no
hubiese tenido que pasar por lo mismo.
Desde un
punto de vista educativo ¿qué sentido tiene retener a los niños en los
centros escolares sin darles ningún tipo de contenido académico? Y desde un
punto de vista económico, ¿qué sentido tiene estar pagando a profesores para
que no enseñen nada a los niños y simplemente los estén vigilando como si de un
rebaño de ovejas se tratase?
Como dice
Lucas, no es justo que a unos niños se les esté dando unos contenidos
académicos y culturales y al resto de los niños no, es una discriminación en
toda regla. La educación debería de ser igual para todos independientemente
de la religión, el sexo o la raza de los alumnos.
Es
cuestionable que se enseñe religión en los centros educativos públicos, aún es
más cuestionable que únicamente se enseñe la religión católica en los centros
educativos públicos, pero que a los alumnos no católicos no se les enseñe
absolutamente nada durante la clase de alternativa a la religión es
inadmisible. Y aún es más inadmisible que no puedan ser calificados y no
puedan tener una nota más que les haga media para poder acceder a las pocas
becas que aún quedan en nuestro país.
Ayúdanos a
cambiar las cosas divulgando esta historia. ¡Muchas gracias!
Nuria González
es una de las autoras del blog Grito Político
Fuente: www.elplural.com

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