nuevatribuna.es
| 21 Octubre 2013 - 19:49 h.
Lo ha dicho Rajoy
en Panamá refiriéndose a las maldades realizadas en España, a la vez que daba
todo su apoyo a 'la magnífica secretaria general", Cospedal, tras
su 'tête a tête' con Bárcenas en un juzgado de Toledo, aunque este,
desde el plasma, dejó bien clarito que "Es mi mano la que da los sobres a
Cospedal", para añadir: "En febrero de 2009, con el caso Gürtel,
se paraliza la entrada de donativos y se reparten los saldos que quedan en la
contabilidad paralela a Rajoy y Cospedal".
A las
preguntas de los medios de comunicación acerca de Bárcenas, Rajoy no ha
respondido, porque sus palabras son siempre flatus vocis. "Todo lo que
tenía que decir sobre este asunto, ya lo dije en el Parlamento" es no
decir nada, no responder. No hace falta recordar aquel 1 de agosto ante la
Cámara Baja.
Y es que
Rajoy tiene un cinismo tan acusado como es el no tener vergüenza, y
lo mismo sucede con el grupo de facinerosos que ha nombrado como ministros y
altos cargos de la cúpula del PP.
Ya en 2008,
en Valencia, ante Paco Camps, "Gracias, Paco, siempre estaré detrás
de ti, o delante, o a un lado". Entoces aún no había 'llovido' la Gürtel
valenciana. Lo mismo respecto a Carlos Fabra, el de la lotería, el del
aeropuerto de hurones y conejos, el del cabezón de estatua, el padre de aquella
del "que se jodan", el super imputado por infinidad de delitos... al
que Mariano agasajó vergonzosamente: "Fabra es un ciudadano y
un político ejemplar".
También
ampara a Montoro: "Es un magnífico ministro de Hacienda". Y
sigue protegiendo a Wert, el ministro peor valorado en todas las encuestas
por su ideologizada y clasista y malvada Ley de Educación (LOMCE). Y da a su
soporte a la segunda peor valorada, sor Fátima, la que traspasa con absoluto
descaro a la virgen del Rocío la responsabilidad del empleo y de
las pensiones.
Y la
ministra Mato, que en su haber recoge los peores ataques que se pueden
realizar en materia de Sanidad, violencia de género y cuantos actos inhumanos
podamos imaginar, cuenta con el máximo cariño de este personaje que
todavía es presidente del Gobierno.
Y así
podríamos continuar páginas y horas inacabables. No en vano Rajoy tiene bien
ganado el título de El Gran Mentiroso. Además, cada día que pasa es más
notorio que sus bolsillos están en B. Así lo reflejan medios de
comunicación extranjeros.
De esta
manera nos está yendo a los españoles. Cuesta abajo sin cesar hacia la pobreza
extrema, la de pedir. Pasan ya de tres millones el número de personas
que se encuentran en esta situación. Y la cifra va a más. Mientras tanto el
número de millonarios son cada vez más ricos, riquísimos. En este país la cifra
de millonarios creció en un 13% entre la segunda mitad de 2012 y la primera de
2013, según el banco Credit Suisse.
Ante esta
enorme desigualdad, Cospedal tiene la cínica desfachatez de afirmar: "La
solidaridad está en los genes del PP".
El
desconcierto de la ciudadanía, el miedo incluso, es caldo de cultivo para los
grupos ultras, estos que defienden el nazismo y que están amparados por Rajoy y
el partido que lo apoya; sabemos cómo se niegan a ilegalizar a estos bastardos
agupados partidos. El brazo 'armado' de Rajoy.
La oposición
es excesivamente tibia, en especial el llamado principal partido de la
oposición, que espera a que el gobierno del PP caiga del poder por sus propias
atrocidades, para seguidamente ocupar su puesto. Y así perpetuar el ya
insoportable bipartidismo. Ni les importa ni se percatan del daño que están
haciendo a la ciudadanía cuya pésima concepción de la casta política va in
crescendo irremediablemente.
Ante la
situación presente la única solución que nos queda es la unión de cada vez
mayor número de ciudadanos protestando día sí, día también, en las
calles. Sin cansancio, sin temor, con alegría y con la indudable certeza de que
somos más y que nuestra fuerza es la razón.
Precisa es
la pedagogía política, la transmisión de la importancia que cada uno de
los ciudadanos tenemos en una democracia. No vale 'elegir' cada cuatro años,
hay que decidir qué queremos y a quiénes queremos al frente de este país. Queremos
participar en las decisiones políticas. No ser meras marionetas que
depositamos un sobre en unas urnas para que, después, de nuestro voto se rían y
se burlen en las propias narices.
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