Que UPyD defienda la
tauromaquia no es nuevo. Basta recordar que dos de las caras más conocidas de
entre sus promotores han sido Fernando Savater y Albert Boadella, empedernidos
defensores de la tortura de los toros en las plazas y de todas las salvajadas
de que son víctimas en los festejos populares.
22/09/2013 - 23:22h
Varios
simpatizantes y políticos de UPyD me han criticado esta semana por mi artículo
titulado PP, PSOE y UPyD,
a favor del linchamiento de Vulcano, publicado en esta Zona
Crítica con motivo de la celebración anual en Tordesillas del Toro de la Vega.
En el artículo me hacía eco del Manifiesto a favor del Toro de la Vega
impulsado por un profesor llamado Miguel Ángel Quintana, que es miembro del
Consejo Político Nacional de UPyD y en 2011 fue el candidato nº 1 de esta
formación a las Cortes de Castilla y León por Salamanca. A pesar de ostentar
tales responsabilidades en UPyD, esos simpatizantes y políticos de UPyD me
reprochaban que yo identificara la postura de UPyD al respecto del Toro de la
Vega con lo que ellos insistían en calificar como mera postura personal del tal
Quintana, el de UPyD. Me acusaron de manipuladora, de mentirosa, de demagoga.
Me instaron incluso a retirar el titular de mi artículo.
Pues bien,
aquí tenemos hoy la postura de UPyD sobre la tauromaquia y los festejos
taurinos. El grupo de Rosa Díez ha presentado esta misma semana una enmienda a
la totalidad de la ILP taurina, debatida el pasado julio en el Congreso, con un
texto alternativo que va mucho más allá de lo que pretende la propia ILP. Si la
ILP taurina es una "Proposición de Ley para la regulación de la fiesta de
los toros como Bien de Interés Cultural (BIC)" a nivel nacional, la
enmienda a la totalidad de UPyD es una " Proposición
de Ley para el reconocimiento de la fiesta de los toros, de los festejos
taurinos populares y la tauromaquia en general como Patrimonio Cultural
Inmaterial Español". Es decir, frente a los problemas
competenciales con los que se encontró la ILP taurina, dado que las
competencias sobre la materia están transferidas a las Comunidades Autónomas,
UPyD propone que la tauromaquia sea protegida a través de competencias
estatales, dado que, según la Constitución, la defensa del Patrimonio Cultural
Inmaterial es competencia exclusiva del Estado.
Queda
demostrado que UPyD defiende la crueldad y el maltrato a los animales inherente
a la tauromaquia, es decir, no solo a las corridas de toros sino a todos los
espectáculos y festejos populares en los que el toro es –involuntario-
protagonista. Queda demostrado, por tanto, que UPyD defiende también el Toro de
la Vega, que se rige por el Reglamento de Espectáculos Taurinos Populares de la
Comunidad de Castilla y León, y que el propio José Antonio González Poncela,
alcalde de Tordesillas por el PSOE, ha insistido estos días en inscribir, como
no podía ser de otra forma, en el marco de la tauromaquia, precisamente para
que ni siquiera esos taurófilos que van de puristas intenten (con poco éxito,
todo hay que decirlo) desligarse de su crueldad.
Queda
demostrado, pues, cuál es la postura de UPyD frente al linchamiento de Vulcano,
cuál es su ética frente al maltrato a los animales: "No estamos en este
momento", dice el texto de su enmienda, "en situación de barruntar
cómo evolucionará nuestra sensibilidad social hacia la fiesta de los toros, que
tiene un fuerte componente ancestral no exento de violencia y, por lo tanto, si
pervivirá o no en un futuro y de qué forma lo hará. Esto dependerá de que se
mantenga la afición popular". El texto incurre, por un lado, en la
falsedad de afirmar que no se sabe cuál es la sensibilidad social frente a, por
ejemplo, el Toro de la Vega, que es rechazado masivamente por la sociedad. Pero
además se muestra de acuerdo en que la pervivencia de una práctica que se
reconoce violenta dependa de que conserve la afición por ella. No de que una
sociedad, y en particular los políticos que la representan, aspire a su
evolución moral, sino de que haya aficionados a la violencia que impongan sus
inaceptables gustos. Esa es la ética de UPyD.
Por
otra parte, queda demostrado que UPyD, en su delirio españolista, en su rencor
anticatalanista, pretende que la declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial
impida en otras Comunidades Autónomas futuras prohibiciones como la que dictó
en 2010 el Parlament de Cataluña. La de UPyD, sin embargo, es una aspiración
ciega, y perseguida por medio de intoxicar a la opinión pública con palabras
como blindaje, dado que no hay base jurídica alguna para entender que la
protección como patrimonio inmaterial pudiera suponer que los distintos
parlamentos autonómicos dictaran las normas al respecto que consideraran
oportunas. De hecho, en las jornadas de debate en el Congreso para tomar en
consideración la IPL taurina ninguno de los comparecientes que la defendieron
fue capaz de responder a la pregunta del diputado de Izquierda Plural Chesús
Yuste sobre si la declaración de BIC blindaría la tauromaquia hasta el punto de
que no se pudiera prohibir en otras Comunidades.
Que
UPyD defienda la tauromaquia no es nuevo. Basta recordar que dos de las caras
más conocidas de entre sus promotores han sido Fernando Savater y Albert
Boadella, empedernidos defensores de la tortura de los toros en las plazas y de
todas las salvajadas de que son víctimas en los festejos populares. Ni es
casualidad, pues, que un miembro de su Consejo Político Nacional haya impulsado
el Manifiesto a favor del Toro de la Vega. Solo que en este, como en casi todos
los asuntos de interés político, UPyD juega al despiste para atraer votantes
desorientados. Hasta que se le ve todo el plumero, como ha sucedido con este
texto de la enmienda a la ILP taurina.
Miente
en él UPyD, además, cuando se manifiesta en contra de las subvenciones a la
tauromaquia. En este sentido, la plataforma La Tortura No Es Cultura (LTNEC),
que reúne a las principales organizaciones del Estado en defensa de los
animales, alerta a los ciudadanos sobre las consecuencias económicas que
conllevaría declarar PCI la tauromaquia: "Básicamente supondría más fondos
públicos para la tauromaquia, incluido para la protección de festejos como el
Toro de la Vega y el adoctrinamiento de jóvenes y menores en las
"virtudes" de torturar y matar a un animal por entretenimiento" , afirma
Marta Esteban, presidenta de la Plataforma. La participación de menores en los
festejos y corridas de toros ha sido enérgicamente desaconsejada en una carta
presentada recientemente en el Congreso firmada por 140 científicos y
académicos del todo el mundo . Los fondos públicos y a la formación de jóvenes
a los que se refiere Esteban procederían de los presupuestos destinados al Plan
Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial , que, en su Artículo 3.3,
determinada las obligadas medidas de protección y promoción del mismo. Por otro
lado, en el caso de que declarasen PIC la tauromaquia PCI, el Estado tendría
que cumplir con el Convenio de Protección del Patrimonio Inmaterial de la
UNESCO, cuyos artículos 13 y 14 obligan a un compromiso también económicamente
gravoso. "Todo esto supondría nuevas cantidades ingentes de fondos
públicos a la tauromaquia, aparte de los que ya reciben mediante los
ayuntamientos y las ayudas europeas a la ganadería de lidia (PAC), que en el
último recuento se han calculado en unos 600 millones de Euros. Una verdadera
vergüenza ante el necesitado pueblo español y ante el mundo" , denuncia
Esteban.
El PP,
por su parte, podría estar preparando enmiendas parciales en línea con el
planteamiento de UPyD. Tres parecen ser sus principales objetivos: resolver el
atolladero competencial en el que se encuentra la ILP taurina para declarar BIC
la tauromaquia; ahorrarse dinero, pues el PCI supone menos subvenciones
obligadas que el BIC; y engañar a los taurinos con la promesa de llegar a la UNESCO
y que ésta declare la tauromaquia Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad, algo que no va a suceder, básicamente porque a la humanidad, fuera
del polvo de la vega tordesillana y más allá de los despachos de políticos
inmorales como los de PP y UPyD, le horroriza en general el sangriento
espectáculo que ellos defienden.
En cuanto al PSOE, en su línea:
peleándose en casa porque Rubalcaba y algunos andaluces no dan su brazo a
torcer frente al asunto de los toros. Y absteniéndose por ahí. Un bochorno.


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