Jueves, 28 de febrero de 2013
Si les hablo
de Gonzalo Puente Ojea puede que muchos de ustedes no lo conozcan, y ustedes
seguramente no tienen la culpa de ello. Gonzalo Puente Ojea es posiblemente el
intelectual español más destacado de finales del siglo XX. Les recomiendo
leer su obra completa para entender bien lo que digo. Bien, expuesto esto, lo
que quiero mostrarles es cómo este intelectual, ya hace unos cuantos años, en
los años 90, hablaba sobre la falsedad de la transición española, de la
supuesta transición a la democracia. En el año 1995 este autor, este brillante
escritor, este intelectual publicó un libro de enorme categoría, como lo son
prácticamente todos en su carrera, y esto no es ninguna exageración, ese libro
se titulaba Elogio del Ateísmo.(1) En él había un profundo ensayo
dedicado a lo que se hizo y ocurrió en la transición, enfocado en gran medida
hacia la permanencia del confesionalismo en España, por ello fue titulado con
sutileza de la siguiente forma: Del Confesionalismo al
cripto-confesionalismo. El ensayo es claro, tremendamente claro y riguroso,
no sigue la línea de fortier in re, suaviter in modo, como el propio
Puente Ojea avisa:
...cuando lo
que hay que decir es urgente y perentorio porque reviste el carácter de
denuncia pública, de una denuncia que pueda escucharse en todas partes.(1)
Ciertamente
era urgente y perentorio decirlo y que fuese escuchado. Sin embargo, fue dicho
pero apenas escuchado. Los españoles estaban distraídos en otras cosas, en
cosas bastante banales por cierto. Mientras se estaba generando la tormenta,
tormenta que ahora descarga y que pilló a estos desguarnecidos y desamparados.
Hoy, hoy es el tiempo de las quejas y los sollozos.
Los
españoles, los españoles de a pie, perdieron su memoria y se convirtieron en un
juguete fácilmente manipulable en manos de poderes con pocos escrúpulos.
...porque
un pueblo sin memoria se convierte en un espectro que vaga por espacios sin
puntos cardinales. La memoria es un atributo esencial de la personalidad, tanto
individual como colectiva. Pero suprimir la memoria histórica no sólo es el
presupuesto de la tiranía sino también de todo sistema de hegemonía de poderes
especialmente interesados en borrar las huellas de sus pasadas culpas.(1)
Hoy, como
decía, es tiempo de quejas, de quejas y sollozos. ¿Cuándo recuperaran los
españoles, los españoles de a pie, su dignidad, su memoria? ¿Cuándo?
Notas:
(1) Gonzalo
Puente Ojea. Elogio del ateísmo. Siglo XXI. 1995.

No hay comentarios:
Publicar un comentario